El running social, que combina correr con la posibilidad de charlar a la vez, transforma una rutina de entrenamiento en una experiencia más amena y también puede aportar importantes beneficios para la salud.
Conocer los beneficios de esta actividad física puede ofrecer una nueva perspectiva sobre cómo integrar el ejercicio y la interacción social de manera efectiva en nuestras vidas.
Un estudio científico determinó el tiempo exacto en que se notará en tu cuerpo la actividad física
El running social ofrece beneficios que van más allá de los aspectos físicos del ejercicio, impactando positivamente en nuestras relaciones interpersonales, según un artículo de National Geographic.
La combinación de correr y charlar crea un entorno menos intimidante, facilitando la apertura y la conexión auténtica entre las personas. Este enfoque puede contribuir a romper la ansiedad social y fortalecer los lazos con quienes compartimos la actividad.
Correr libera endorfinas, sustancias químicas que mejoran nuestro estado de ánimo y reducen el estrés. Este efecto positivo se traduce en una percepción más optimista del entorno y en relaciones interpersonales más saludables y sólidas.
Además, el ejercicio en grupo fomenta la creación de vínculos y mejora la función cognitiva al incrementar el flujo sanguíneo al cerebro, lo que favorece la claridad mental y reduce el estrés.
Participar en carreras en grupo, como las organizadas por Danielle Burnett con Big Girls Who Run, permite a los corredores establecer conexiones y planificar futuras reuniones. Esta interacción social durante la actividad física ayuda a superar la inseguridad que algunos pueden sentir al hacer ejercicio en público.
El running social se presenta así como una herramienta eficaz para mejorar tanto el bienestar físico como el emocional, al tiempo que construye una red de apoyo y camaradería.
Si estás interesado en experimentar los beneficios del running social, acá tenés algunos consejos para comenzar: