El alto representante, Josep Borrell, insiste en que la UE debe pasar de las palabras a los hechos ante los constantes incumplimientos del derecho internacional por parte de Israel en Palestina, no sólo por la masacre en Gaza, sino también por la ocupación de los territorios y más después de la opinión de la Corte Internacional de Justicia, que ha declarado ilegales los asentamientos. “Puede interpretar la historia como quiera, pero el derecho internacional es vinculante”, ha recordado el jefe de la diplomacia europea al Gobierno de Benjamín Netanyahu que hace oídos sordos a esa resolución y asegura que esas tierras son suyas.
“Tenemos que discutir qué hacemos ahora, cuáles son las consecuencias de esta opinión [de la Corte Internacional de Justicia], cómo la UE va a tomar esta decisión dentro de nuestra política respecto al Oriente Medio”, ha dicho Borrell antes de reunirse con los ministros de Exteriores de los 27. “Desgraciadamente nunca ha habido tanta diferencia entre el derecho internacional y la realidad en el terreno”, ha agregado en declaraciones a los periodistas.
“Pondré sobre la mesa lo que podamos hacer más alla de decir que apoyamos al tribunal y que pedimos que Israel no continúe los asentamientos. Aparte de decir, tenemos que hacer”, ha dicho Borrell.
Los ministros de Exteriores analizarán en la reunión de este lunes la agenda que Borrell ha preparado para la reunión del Consejo de Asociación UE-Israel que decidieron convocar ante el incumplimiento de la sentencia que emplazaba a Tel Aviv a parar el ataque sobre Rafah. Lo que sostiene Borrell es que no pueden abordar la relación como siempre ante una situación que ha dejado más de 40.000 personas asesinadas en Gaza y más de 17.000 niños huérfanos. “Tenemos que hablar de lo que pasa en Gaza y Cisjordania”, ha expresado antes de referirse a otras cuestiones, como las trabas a la recaudación de impuestos por parte de la Autoridad Palestina o el bloqueo de la ayuda humanitaria.
Sin embargo, lograr la unanimidad de la UE de cara a esa reunión no es sencillo dado que los países más alineados con Israel, como Alemania, no quieren elevar demasiado el tono bajo la premisa de que no se puede afrontar esa reunión como un “tribunal”.
Otro de los asuntos que abordarán los ministros de Exteriores es la celebración de una reunión informal prevista en Budapest a finales de agosto con Hungría como anfitrión por la presidencia rotatoria del Consejo de la UE. La aproximación de Viktor Orbán con Vladímir Putin aprovechando la asunción de esa presidencia con los viajes a Moscú, Pekín y Kiev con una posición opuesta a la defendida por la UE ha llevado a los 27 a discutir si plantan al Gobierno húngaro en los actos de la presidencia.
Pero no hay unanimidad a ese respecto. De hecho, la decisión de la Comisión Europea de plantar a Orbán en los encuentros informales de ministros y suspender el tradicional viaje del Colegio de Comisarios al país que asume la presidencia rotatoria sin consultar a los estados miembros ha generado malestar en algunas capitales.
Borrell ha explicado que tomará una decisión tras escuchar a los ministros. Sobre la mesa está la posibilidad de celebrar una reunión formal en Bruselas de ministros de Exteriores coincidiendo con la fecha en la que está prevista la informal (denominada Gymnich) en Budapest.
La UE sigue, además, atentamente cómo evoluciona la campaña electoral en Estados Unidos tras la decisión de Joe Biden de retirarse. No obstante, los ministros mantienen hasta cierto punto la ecuanimidad públicamente, a pesar de que la relación con Donald Trump fue muy delicada durante su mandato.
“Espero lo mejor para quien asuma su papel”, ha dicho Borrell sobre el sucesor de Biden en la carrera presidencial y, aunque ha reconocido que no será lo mismo quién esté en la Casa Blanca en el caso de que gane Trump, ha evitado pronunciarse: “Es una decisión de los ciudadanos”.