La determinación y la pasión por la biología han llevado a Andrea Jara Quispe, una talentosa egresada de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), a obtener una oportunidad para especializarse en Biotecnología Agrícola en la Universidad Húngara de Agricultura y Ciencias de la Vida (MATE) en Hungría. A sus 30 años, ha logrado destacar en su campo de estudio y asegurar un futuro prometedor en la investigación y la educación.
Natural de Lima, Andrea Jara ha forjado un camino impresionante en el ámbito de la biología. Desde su formación académica en la UNALM hasta su experiencia laboral en el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), ha demostrado una dedicación incansable. Su trabajo ha contribuido a proyectos significativos en genética agrícola y conservación de la biodiversidad, con especial énfasis en cultivos como la papa, que enfrenta desafíos constantes debido al cambio climático y las plagas.
"A veces pensamos que los jóvenes son el futuro del país, pero no es así. Ellos no solamente son el futuro, sino también el presente, y como tal pueden hacer muchas cosas desde ahora. No es necesario esperar a ganar una beca para empezar a trabajar por un Perú mejor, por un mundo mejor", expresó la bióloga en una entrevista para la Agencia Andina.
La decisión de estudiar Biología surgió de una experiencia transformadora durante un intercambio académico en Washington D.C., Estados Unidos. Allí, al interactuar con otros estudiantes y profesionales apasionados por la ciencia, descubrió su vocación. Esta vivencia le dio una nueva perspectiva sobre las posibilidades que la biología ofrece para resolver problemas reales, como la inseguridad alimentaria y el impacto ambiental.
La egresada de la UNALM esperó seis meses para conocer los resultados de la beca Stipendium Hungaricum, la cual le permitirá estudiar en la Universidad Húngara de Agricultura y Ciencias de la Vida (MATE), una de las más prestigiosas en su campo. Esta beca cubre todos sus gastos, lo que le permitirá centrarse por completo en su desarrollo académico y profesional.
"Mi expectativa es poder adquirir todas las habilidades y seguir desarrollándome en mi campo de estudio. Dadas las problemáticas que enfrentamos con el cambio climático, espero obtener todos los conocimientos posibles para combatir la inseguridad alimentaria en el Perú y en el mundo", manifestó.
"Para mí, ha sido un reto. También he recibido rechazos y aceptaciones; la beca ha sido una de estas últimas. En el camino, hay que permitirnos fallar. La motivación es una palabra clave", añadió.
Actualmente, se desempeña como docente de Biología en el programa de bachillerato internacional del Colegio San Ignacio de Recalde, donde imparte clases en inglés. Esta experiencia le ha permitido refinar sus habilidades pedagógicas y fortalecer su compromiso con la educación científica. Su interacción diaria con jóvenes ha reforzado su deseo de continuar desarrollando su carrera en la investigación y la docencia.
"Ahora tengo la responsabilidad de aprender todo lo posible y también de llevar conocimiento de Perú; creo que nosotros tenemos mucho que aportar. A veces nos olvidamos de lo que sabemos de nuestro país, como las tradiciones y el conocimiento mismo, de lo que vemos o de cómo hacemos ciencia. Eso se puede exportar. Ese bagaje de experiencia que se ha ido adquiriendo a lo largo de estos años es lo que quiero trasladar a Hungría", finalizó.