Los semáforos han sido una pieza fundamental en la regulación del tráfico desde su invención en el siglo XIX. Introducidos inicialmente en Londres en 1868, su propósito era sencillo pero crucial: evitar colisiones y gestionar el flujo de vehículos en las cada vez más concurridas calles de las ciudades. Con el tiempo, estos dispositivos evolucionaron desde señales manuales hasta los modernos sistemas automatizados de luces rojas, ámbar y verdes que conocemos hoy. Sin embargo, puede que este diseño centenario de tres luces cambie para siempre. En un futuro cercano, podríamos ver un nuevo color en los semáforos tradicionales, la luz blanca . Esta innovación surge de la necesidad de integrar de manera eficiente los vehículos autónomos en el tráfico actual. Ingenieros de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, liderados por el Doctor Ali Hajbabaie, han propuesto este concepto en un estudio publicado en la revista 'Computer-Aided Civil and Infrastructure Engineering'. Según sus creadores, la luz blanca en los semáforos está diseñada para facilitar la interacción entre vehículos autónomos y los conducidos por humanos . En esencia, esta nueva señal permitiría que los coches sin conductor, utilizando su capacidad de procesamiento y comunicación , gestionen el flujo del tráfico en las intersecciones. Cuando una luz blanca aparece en un semáforo, indica que un vehículo autónomo está presente y está coordinando el movimiento de los vehículos en esa intersección. La idea principal detrás de la luz blanca es aprovechar la avanzada tecnología de los coches autónomos para mejorar el flujo del tráfico . Según el Doctor Hajbabaie, «el concepto de la fase blanca incorpora una nueva señal de tráfico para que los conductores humanos sepan lo que deben hacer. Las luces rojas seguirán significando que hay que parar, las luces verdes seguirán significando que hay que avanzar, y las luces blancas indicarán a los conductores humanos que simplemente deben seguir al coche que tienen delante». Esta señalización simplifica la tarea de los conductores humanos, ya que solo necesitan seguir al vehículo autónomo que está gestionando el tráfico. Asimismo, las simulaciones por computadora realizadas por el equipo de investigación mostraron que este sistema podría reducir significativamente los retrasos en las intersecciones. Sin embargo, hasta que los vehículos autónomos se conviertan en la norma, el sistema de semáforos continuará utilizando las tradicionales luces roja, ámbar y verde. Aunque la inclusión de la luz blanca podría representar un paso intermedio crucial que facilitaría la integración de tecnologías avanzadas en nuestro día a día que mejorarían la eficiencia del tráfico.
