Durante los meses de verano, el calor nos lleva a buscar
refugio en la comodidad de nuestros hogares, donde podemos disfrutar del alivio
que proporciona el aire acondicionado. Sin embargo, ese golpe de frío que tan
bien nos sienta a los seres humanos puede convertirse en un verdadero reto para
nuestras plantas de interior.
Las plantas, a diferencia de nosotros, no aprecian el aire
seco y frío que emanan las unidades de aire acondicionado. Las corrientes de
aire deshidratan sus hojas, dejándolas resecas y vulnerables a enfermedades.
Además, las bajas temperaturas pueden afectar sus procesos vitales,
dificultando la absorción de nutrientes y agua, lo que puede llevar al
debilitamiento e incluso la muerte de la planta.
La mayoría de las plantas pueden aguantar el golpe, pero ninguna lo disfruta realmente y no todas las especies lo lograrán sin algún cuidado adicional. Entonces, ¿Cómo podemos proteger a nuestros compañeros verdes del efecto negativo del aire acondicionado? La clave reside en la prevención y en la creación de un ambiente más favorable para su desarrollo.
Incluso en el caso de aquellas plantas que pueden sobrevivir al aire acondicionado es importante que las mantengamos alejadas de la exposición directa a las rejillas de ventilación del aire acondicionado. Mueva sus plantas a un lugar alejado de las corrientes de aire frío y procure que la temperatura ambiente se mantenga más o menos estable, sin golpes bruscos de temperatura.
El frío puede congelar las células, bloquear vías naturales
y dificultar el movimiento de nutrientes. Las temperaturas bajas pueden hacer
que las plantas mueran de hambre. Si las hojas se vuelven amarillas, se marchitan
o tienen manchas marrones, revise su ubicación. Si están cerca del aire,
muévalas. Este simple cambio puede ayudar a que sus plantas recuperen su esplendor.
Otra razón para mantener las plantas alejadas del aire acondicionado es que el aire en movimiento que emiten estos aparatos deshidrata las plantas. La baja humedad es uno de los mayores enemigos de las plantas de interior en verano. Para combatirla, podemos pulverizar sus hojas con agua diariamente, teniendo cuidado de no empaparlas.
Otra opción es colocar una bandeja con piedras y agua debajo
de la maceta, permitiendo que la evaporación humedezca el ambiente. Un humidificador
también puede ser una buena opción, pero hay que tener cuidado de no crear un
ambiente demasiado húmedo que pueda favorecer la aparición de moho.
Es importante asegurar que las plantas reciban suficiente luz solar, para que puedan llevar a cabo su proceso de fotosíntesis. Si la ubicación de la planta se ve afectada por la colocación del aire acondicionado, considere la posibilidad de trasladarla a otra habitación.
Aunque también es importante ser cuidadoso en este tema. Los
rayos de sol del mediodía durante el verano en España pueden ser muy fuertes
para algunas plantas. Si cambias de ubicación una planta y la pones frente a
una ventana, observa que está aguantando bien el impacto de los rayos del sol.
Preste atención a los síntomas de estrés en sus plantas. Si nota algún cambio en su apariencia, como hojas secas, pérdida de color o caída de hojas, actúe rápidamente para evitar daños mayores. Recuerde regarlas a diario, manteniendo la misma frecuencia que en otras estaciones, ya que el exceso de agua es tan perjudicial como su escasez.
