De escandalosa ha sido catalogada, por críticos y especialistas del arte, la noticia que despertó esta mañana a millones de lectores en las redes de internet y otros espacios virtuales dedicados a la cultura y la farándula. Según el redactor y periodista Adriano Devill Marañón, el nombrado Lapicero del desparpajo, reconocido y laureado compositor de los temas más pegados del reguetón internacional o género urbano, como también es nombrado por algunos productores musicales, no es otro que el Doctor Honoris Causa de la lengua hispana, narrador y poeta Carlos Inocencio Madrigal Castón.
La noticia, que también ha sido publicada por varios de los más importantes periódicos matutinos de España, México, Argentina y los principales asentamientos hispanoparlante de Norteamérica, asegura que el también premiado con importantes distintivos que otorgan notables academias de artes y letras del planeta, Madrigal Castón, es el autor de números musicales como: No me muerdas el tete, mami; Mi cachimbo cabezón y Cierra los ojos que te va a doler, popularizados por cantantes de diversos países.
El notable cultor de la lengua española, que domina varios idiomas y dialectos originarios de la región hispanoamericana, y es autor de títulos que revolucionaron la gramática y la lingüística al estilo de Sinónimos y Antónimos: construcción moderna y epistemológica del habla y la narración oral, acertó haber dedicado parte de sus ratos libres, y de su obra de los últimos años, a la creación de letras y arreglos puntuales de coros y estribillos de múltiples temas de este género musical, tildado por algunos estudiosos como marginal y sin valor poético.
Un breve repaso por las composiciones que llevan la rúbrica artística del mencionado «lapicero», nos llevará a los primeros éxitos de la rapera Ángela (Bebita) Fuentes, conocida como la Reina de Lavanggina, entre los que destacan interpretaciones al estilo de Mampostería y Cabilla, Dura pa’ que dure, y el título nominado a los premios Canción de oro 2023, Tienes que bajar al pozo porque el cubo se rompió.
Madrigal Castón, que al parecer ha dirigido hacia otros derroteros su casta poesía, asumió con total naturalidad su incursión por estos controvertidos lares de los ritmos y formas derivados del regué y el rap, entre otros géneros, y expresó con total honestidad (y desparpajo), que en menos de dos años ha ganado mucho más dinero con estas creaciones, que todo lo que le han pagado por sus libros, premios e investigaciones de filología y léxico.
«Sé muy bien que se trata de un suceso de mercado y promoción a nivel internacional, que puede ser temporal, efímero, y exige posiciones mesuradas; pero también mi paso por la vida pudiera ser efímero si no tengo con qué pagar la comida en el mercado de mi barrio, que promueve precios cada vez más exigentes y desmesurados», apuntó el también máster en Sociología Carlos Inocencio, quien notificó que ya ha firmado contratos para el próximo año con reconocidos y posicionados interpretes de la talla de Grosery King, y el popular Don Café con Leche y su grupo Tolete en Mi Mayor y viceversa.