SANCTI SPÍRITUS.— En el caserío de Yaguá, tierra adentro del municipio cabecera de esta provincia, la vida palpita con mejor ritmo. Lo sabe el matrimonio de Lourdes y Ulises, quienes ya dejaron atrás la cocina de leña y disfrutan de la programación televisiva. Al mirar el equipo que sobresale a las afueras de su casa de madera, dejan escapar en una sonrisa sincera el agradecimiento.
«Es una pareja de ganaderos beneficiados con un sistema fotovoltaico aislado (SFVA), producto del proyecto Fuentes Renovables de Energía como apoyo al Desarrollo Local (FRE local)», describe el post de Facebook de la Universidad de Sancti Spíritus José Martí (Uniss).
Y es que la casa de altos estudios de esta provincia se ha convertido en sostén importante de muchos de los aspectos económicos, tecnológicos y sociales de este territorio y más allá. Al interior del Docente 1, una de sus sedes, justamente se respalda la política de Cuba de diversificar su matriz energética y, de esa forma, proteger el medio ambiente y la calidad de vida de sus habitantes.
«El objetivo del proyecto es apoyar el desarrollo local en las comunidades rurales aisladas, desde un mayor acceso a las fuentes renovables de energía y a la eficiencia energética —explica el Doctor en Ciencias Técnicas Ernesto Luis Barrera Cardoso, su director. Nos encontramos en su fase de implementación».
Primeramente, los especialistas integrantes del FRE local, perteneciente al Programa de Apoyo a la Política de Energía de Cuba, que es financiado por la Unión Europea y coordinado por el Ministerio de Energía y Minas de Cuba, auscultaron palmo a palmo los escenarios donde han trabajado.
«Ya la mayor parte de la tecnología se encuentra en el país y estamos implementando soluciones de electrificación en las comunidades».
Recientemente, Sancti Spíritus fue sede de un taller en que se precisaron los indicadores que permitirán evaluar los progresos de dicho proyecto, implementado en el plano internacional por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y, en el nacional, por el Centro de Estudios de Energía y Procesos Industriales (UDI-Ceepi), de la Uniss.
«Era importante definirlos para conocer los impactos fundamentales durante la implementación en las 22 comunidades que trabajamos. Se escogieron indicadores de género, socioeconómicos, técnicos, ambientales… que pudieran apoyar y complementar los que ya están definidos en el marco teórico del proyecto. Con ellos podremos conocer si avanzamos o no en cada uno de los escenarios. Las buenas prácticas pudiéramos extrapolarlas a otros territorios».
Asistieron a esos necesarios análisis investigadores de la casa de altos estudios espirituana, así como de las universidades de Moa, Granma y Guantánamo, además de representantes del PNUD en Cuba, todos miembros de FRE local.
Lourdes (al centro), vecina del caserío espirituano de Yaguá, es una de las benefi ciadas con el proyecto FRE local. Foto: Tomada del perfil de Facebook de la Universidad de Sancti Spíritus
Sin tiempo que perder, unos días después del encuentro, varios de los expertos de Fre local y la agencia española Ikaika llegaron hasta la Ensenada del Indio en Río Cauto, Granma, para presenciar su transformación gracias al uso de la energía renovable.
Un viaje extenuante que incluyó horas en carretera y el cruce de un río. Pero valió la pena —aseguran—, ya que constataron in situ la alegría y el agradecimiento de toda la comunidad.
Y aunque Barrera Cardoso no se sorprende porque ello sucede en cada localidad, siempre es un goce, tal y como sucedió con Julio, el vecino de Yaguá, en Paredes, Sancti Spíritus, quien, de acuerdo con el perfil de Facebook de la Uniss, tiene la ilusión de contar con un sistema de regadíos para sus cultivos, hoy insostenible por la inestabilidad del petróleo. Pero guarda la esperanza ya que como parte del resultado 3 del proyecto se instalarán sistemas de bombeo solar fotovoltaico.
«Ha sido un reto tremendo. Primero porque definimos 22 escenarios desconocidos. Por tanto, hubo que ir hasta ellos para conocerlos a fondo. Ha sido un proceso largo, pero que ha permitido formar capacidades en ocho provincias del país y nos ha posibilitado fortalecer equipos gestores para la implementación de fuentes renovables de energías en cada una de esas localidades.
«De esa forma, y con la mirada en 2030, nos estamos convirtiendo en centros con capacidades para gestionar y apoyar toda la transición
energética que se está proponiendo el país».
El binomio ciencia-naturaleza ha encontrado en la universidad espirituana tierra fértil. Los estudios sobre biogás han traspasado sus muros y se han extendido por el resto del país.
«Nos hemos convertido en un centro de referencia en Cuba —dice sin tapujos la Doctora en Ciencias Biológicas Yanet Jiménez Hernández—. Desde el año 2010, se gesta todo tipo de proyecto relacionados con la producción y uso del biogás a diferentes escalas».
Nacen y se desarrollan en el laboratorio de biogás y energía ambiental perteneciente a la Unidad de innovación de UDI-Ceepi. Allí, los expertos logran monitorear el proceso anaerobio —por el cual se obtiene el biogás—, asimismo realizar estudios a escala de campo con diferentes técnicas.
«Se realizan cerca de 16 análisis físico-químicos, además de microbiológicos, y esto ha permitido formar a varios profesionales. Contamos con cinco doctores en ciencias formados en este tema, más de 20 tesis de maestría y un número significativo de tesis de pregrado».
Uno de los regalos que tuvo la Universidad de Sancti Spíritus José Martí por su cumpleaños 40 —en 2023— fue la inauguración del aula especializada de Fuentes Renovables de Energías, entonces primera de su tipo en el país y un laboratorio con todo el equipamiento necesario para realizar prácticas.
«Formamos parte del Grupo Nacional de Universidades para las Fuentes Renovables de Energía y la Eficiencia Energética (Gnufre), lo que fortalece nuestro trabajo. Ese laboratorio permite la demostración de investigaciones e impartir docencia. También posibilita interconectar todas las casas de altos estudios del país en la formación de máster y capacitaciones diversas sobre esas temáticas.
«Está equipado con tecnología de biogás, pero además con energía solar fotovoltaica. El proyecto Fre local también ha contribuido al equipamiento del aula especializada».
En el próximo curso escolar, en tres universidades de Cuba, incluida la José Martí, se impartirá el curso de ciclo corto sobre Fuentes Renovables de Energía, como otra muestra que en Sancti Spíritus se piensa al medio ambiente desde la ciencia.
«El curso ya cuenta con una matrícula de trabajadores de la Unión Nacional Eléctrica. Va a ser un paso importante en la formación del recurso humano que interviene en la construcción de los parques fotovoltaicos y de quienes continuarán con este trabajo en Sancti Spíritus»,
concluyó la especialista.
El sistema de gestión de ciencia e innovación que impulsa la Universidad y con impacto en diferentes sectores y en los proyectos de desarrollo local fue decisivo para que Sancti Spíritus se vista de rojo y negro. Proyectos puntales como los liderados por el UDI-Ceepi y que hoy se extienden puertas afuera de la institución educativa inciden en una aspiración de país: contar con economías saludables oxigenadas por energías limpias.