A lo largo de la historia, los navegantes y geógrafos han empleado diversos mapas como representación gráfica de territorios. Estos no solo se han confeccionado en papel, sino que también se han plasmado en el cuerpo para delinear rutas en diferentes regiones del mundo.
Las mujeres africanas utilizaban sus trenzas para crear mapas y lograr escapar de la esclavitud. Pese a que no existen registros escritos de estos acontecimientos, ya que los africanos provenían de comunidades con acceso limitado a la escritura, estos relatos se compartieron de forma oral por generaciones.
Las trenzas funcionaban como un sistema de mensajería secreto que solo los africanos entendían y que pasaba desapercibido en medio de sus exhaustas y peligrosas jornadas. Además, este método era muy útil para que sus dueños no sospecharan sobre su escape.
Según apunta el medio La Vanguardia: “Todo empezó con las mujeres mayores haciendo trenzas a sus hijos, y después los niños aprendían de ellas. Los menores más pequeños comenzaban a practicar unos con otros y finalmente iban aprendiendo cada vez más, creando una nueva tendencia y una nueva tradición que se mantuvo durante generaciones”.
Y agrega: “Rápidamente se hizo camino por todo el mundo. Fue a principios del siglo XX cuando casi todas las mujeres, niños y la mayoría de los hombres tenían el pelo trenzado”.
Las trenzas “cornrows” aparecieron desde el año 3.000 a. C., según registros de la revista National Geographic. Estas eran un medio para transmitir mensajes. Para decirles a las demás que era momento de escapar, usaban apretadas trenzas pegadas al cuero cabelludo y atadas como en forma de rosca en la parte superior de la cabeza.
Además de crear caminos en las cabezas de las mujeres africanas, las trenzas también servían para guardar semillas que luego les servirían para cultivar en la tierra donde llegarían, para no morir de hambre, según relató a la Agencia EFE Fabiola Ruiz, una líder afro de Cali, Colombia. Para Ruiz, seguir utilizando las trenzas en la actualidad se recuerda con orgullo y como una tradición que se niega a morir.
“Hay diversas técnicas. Las trenzas mostraban cuándo había tropas en un sector o revelaban los puntos donde había fuentes de agua; los zigzags indicaban los ríos y los rollos era donde iban las semillas”, contó Ruiz.
Las trenzas también eran la única manera que tenían las tribus africanas de identificarse, mostrando la edad, riqueza, poder y religión. En la actualidad, las trenzas se utilizan para celebrar y honrar las raíces ancestrales, y expresar personalidad y estilo, indica La Vanguardia.
Por su parte, la revista citada sostiene que el tema se ha complejizado y discutido ampliamente en las redes sociales. Para algunas mujeres es más sencillo alaciarlo y no sufrir de discriminación, mientras que para otras, el largo, la forma de peinarlo e incluso los químicos que usan en su cabello hablan de la identidad y la postura política con la que cada una se identifica.
Con el paso de los años, el aspecto de las trenzas ha cambiado. Existen estilos de trenzas más desordenados y libres que no deben ser ajustados ni perfectos.
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