La comunidad conocida como tsimane, ubicada en el norte de Bolivia, tiene una particularidad, y es que los ancianos envejecen más lento que una persona del común, además, mantienen un gran vigor físico y mental.
"Los tsimanes tienen menos arteriosclerosis que las mujeres y hombres japoneses que siguen una dieta extremadamente baja en grasas”, contó el antropólogo Hillard Kaplan a la 'BBC'. Según la opinión de los expertos, para la forma de envejecer de esta etnia, que es tan única e irrepetible, ha sido clave su aislamiento.
Diversas investigaciones señalaron que quienes hacen parte de esta comunidad tienen las arterias más sanas que se han estudiado hasta el momento. Además, su cerebro mantiene un ritmo más lento para envejecer.
Es así como Martina Canchi Nate, abuela de la comunidad, contó al medio anteriormente nombrado que no recordaba su edad hasta que buscó su documento de identidad, el cual indica que tiene 84 años.
Según Kaplan, "las arterias de un tsimane de 75 años son como las de un estadounidense de 50", considerando a esta comunidad como campeona en la salud arterial.
Al ver el estado de salud de esta etnia, Kaplan y su colega de la Universidad del Sur de California, Michael Guvern, decidieron llevar a cabo un estudio con el propósito de conocer sobre los signos de envejecimiento de los tsimanes.
“En nuestro estudio habíamos notado que los ancianos no mostraban signos de padecimientos propios de la vejez como hipertensión, diabetes o problemas cardíacos, pero nuestra aproximación era antropológica, no médica”, informó el científico a la 'BBC'.
Por lo tanto, se unió al equipo médico del cardiólogo estadounidense Randall C. Thompson para investigar a fondo la salud de la comunidad, descubriendo que el 87 % de los tsimanes mayores de 70 años que fueron examinados presentaban un mínimo riesgo de cardiopatía aterosclerótica.
Esto se debería a las actividades que lleva a cabo en el día a día la comunidad, entre las que se encuentra largas caminatas para cazar, lo que desencadena en una buena alimentación.
Según la investigación, de todo lo que comen los tsimanes, solo el 14 % contiene grasa (en ningún caso grasas trans), el 72 % de sus comidas son carbohidratos y la mayoría de sus alimentos son altos en fibras.