Siete centros de detención enfrentaron un serio faltante de agua provocado por daños en las tuberías. La situación dejó a unos 8.000 reos y al personal penitenciario sin suministro del líquido por, al menos, nueve días.
El Ministerio de Justicia y Paz (MJP) confirmó que el problema fue provocado por una avería que sufrieron las máquinas de bombeo que abastecen dichas cárceles a consecuencia, al parecer, de cambios de voltaje.
Las instalaciones afectadas están en Occidente y Pococí. Allí se ubican varios Centros de Atención Integral (Terrazas, Jorge Arturo Montero, Adulto Mayor, Ofelia Vicenci y Carlos Luis Fallas), así como las Unidades de Atención Integral Reynaldo Villalobos y 20 de Diciembre.
El director de Bomberos de Costa Rica, Héctor Chaves, confirmó este viernes a La Nación que el pasado martes 16 de julio recibieron una solicitud para trasladar agua a los centros penitenciarios que sufrían desabastecimiento.
Horas después, el Ministerio de Justicia comunicó que ya se había realizado la sustitución de los equipos dañados, además de la colocación de nuevas bombas de extracción y la habilitación de los sistemas de distribución de agua.
“Durante la tarde de hoy (viernes) y por los próximos días se estarán haciendo las pruebas necesarias para garantizar que los sistemas se mantengan en su óptimo funcionamiento”, informó dicha cartera mediante un boletín
Rafael Ángel García, presidente de la ONG Asociación Ayudando a los Privados de Libertad y su Familia, señaló que la falta de agua ha tenido serias repercusiones en la salud de los reclusos de los centros afectados.
García indicó que algunos internos desarrollaron alergias en la piel, que se manifestaron en erupciones cutáneas. “Los cuerpos de los privados de libertad están afectados con una sarna violenta que los ha atacado desde que falta el agua”, aseveró.
Señaló que la situación se agravó porque hay módulos con solo cinco baños para que 200 personas puedan hacer sus necesidades. Al no haber agua suficiente, hubo una crisis con moscas que podría causar más problemas en la salud de los reos.
Desde el pasado miércoles, La Nación planteó un consulta a las autoridades del MJP para conocer si existe algún reporte de internos afectados por falta de agua, pero al cierre de esta información no se había recibido respuesta.
Este diario tuvo acceso a la grabación de una llamada telefónica en la que la familiar de un recluso pidió explicaciones a una funcionaria penitenciaria sobre la situación que se estaba viviendo en uno de los centros sin agua.
“Es demasiado, los servicios sanitarios están todos sucios, llenos de hasta ya usted sabe de qué, y no hay cómo limpiarlos. El agua no alcanza para que ellos laven”, reclamó la mujer, quien se quejó de que se usaran botes de basura para almacenar agua.
Al respecto, la encargada comentó que al no contar con estañones acudieron a los botes para guardar el líquido que les enviaban de distintos lugares para que los reclusos pudieran bañarse y lavar la ropa.
No obstante, aseveró que a los recipientes se les ponían bolsas plásticas para que el agua no se ensuciara.
