Sr. Associate Manager Analyst de GBM Research.
Al momento de elegir las acciones empresariales que formarán parte de un portafolio de inversión, es necesario echarse un clavado en el estado de la industria a la que pertenecen las empresas de interés. En este sentido, ¿qué debería saber una persona que desea invertir en empresas de la banca o la industria fintech en México, especialmente después de las recientes elecciones?
Para empezar, se debe tener en cuenta que desde hace unos años la banca ha tenido un desempeño favorable en términos de retorno para inversionistas. Este escenario se debe a factores como la penetración bancaria. Sin embargo, en los últimos siete años el ritmo se ha estancado. El crédito como porcentaje del PIB se mantiene en un nivel cercano al 40% y no ha cambiado mucho.
El análisis de GBM muestra que la rentabilidad de los bancos es favorable. Al cierre de 2023, los bancos reportaron un retorno sobre capital cercano al 18.7%, que se relaciona con las tasas de interés altas y, un escenario que no parece cambiar próximamente; no obstante, hay muchos factores que influyen en una reconfiguración de dinámicas en la industria en el mediano plazo.
En un futuro cercano se vislumbra el espacio y las condiciones para que tanto bancos tradicionales como nuevos jugadores, puedan crecer el tamaño del mercado, pues es claro que ha cambiado la forma en que las personas utilizan servicios financieros como pagos, ahorro o crédito, y la tecnología ha jugado un papel clave.
En medio de este contexto, podemos destacar el auge de las empresas fintech, donde el número de empresas ha crecido a un ritmo de 27% en promedio anual en los últimos seis años.
En 2017 había solo 180 empresas fintech en México y en 2023 sumaban más de 700. Este rápido crecimiento se debe a la oportunidad de ampliar el mercado; ya sean empresas fondeadas con capital privado o empresas de consumo que están invirtiendo en el tema financiero, estos jugadores están haciendo inversiones de capital muy importantes para entrar al mercado.
Tan solo en los últimos seis meses hemos visto mucho dinamismo en cuanto al número de nuevas fintechs o empresas financieras que están buscando tener una licencia bancaria. Aquí la otra cara de la moneda para estas empresas es que están enfrentando mayores presiones en rentabilidad.
Una táctica que han usado estas nuevas fintechs para ganar participación de mercado es ofrecer tasas de retorno en sus productos de ahorro o de inversión arriba, incluso, de la tasa de referencia del banco central. Y eso pone a los bancos muy por debajo: el promedio de la tasa de retorno que ofrecen es de 4.8% (al cierre del año pasado) y es probable que, con la entrada de tantos nuevos jugadores, esta dinámica cambie en el futuro.
A pesar de lo anterior, los bancos enfrentan un panorama óptimo de demanda de crédito, tanto por el lado del consumo de las familias, como por el lado de las empresas. En particular, del lado de las empresas, el nearshoring tiene un impacto positivo en la banca. Desde el cierre del 2022 a la fecha, el crecimiento de la cartera de crédito en la región norte presenta un ritmo mayor que en otras regiones del país.
Otro factor importante para tener en mente es el panorama positivo en cuanto a la bancarización. En México, sólo 50% de la población adulta tiene una cuenta bancaria y solo 33% de la población tiene algún tipo de crédito; entonces, en general la baja penetración bancaria y baja inclusión, abren la puerta para que tanto bancos tradicionales como las nuevas compañías tengan oportunidades de negocio.
Con miras en el corto plazo, es importante considerar que las emisoras del sector bancario han experimentado algo de volatilidad debido a escenarios que podrían desenvolverse tras las elecciones, y es probable que continúen así, si se llevan a cabo ciertos cambios fiscales y regulatorios.