Kalina de Bulgaria (52 años), hija del último Rey búlgaro Simeón II y Margarita Gómez-Acebo, ha vuelto a ser el centro de atención, no solo por su rol en la realeza sino también por su impresionante transformación física . Esta princesa, conocida por su fortaleza tanto mental como física, ha desatado una ola de comentarios y especulaciones tras lucir unos brazos musculados en público. Su apariencia, resultado de años de entrenamiento disciplinado, ha generado tanto admiración como controversia. Nacida el 17 de enero de 1972 en Madrid, España, Kalina de Sajonia-Coburgo-Gotha y Gómez-Acebo ha vivido una vida de cambios y adaptaciones. Su educación en el Liceo Francés junto a sus hermanos varones y su matrimonio en 2002 con el explorador Kitín Muñoz en el Monasterio de Rila en Bulgaria, marcaron hitos importantes en su vida. Sin embargo, su transformación física más drástica comenzó a notarse en la última década, cuando se vio obligada a someterse a varias cirugías debido a una infección dental que se complicó, afectando su nariz y un ojo. En una reciente entrevista con ¡HOLA!, Kalina ha explicado que su impresionante musculatura no es producto de un interés estético, sino de una búsqueda de salud y bienestar: «Si no entreno, no me encuentro bien, y lo hago para estar sana y sentirme bien. Es la única razón. Es salud, bienestar y felicidad», explicó. Desde el año 2000, ella y su esposo han adoptado un estilo de vida fitness , entrenando con pesas y bajo la guía de entrenadores profesionales, incluyendo a un atleta olímpico durante su estancia en Marruecos. Actualmente, entrenan con Carlos Flórez , uno de los pioneros de la cultura física en España. Kalina enfatiza que su dedicación al fitness es una forma de mantener el equilibrio y la armonía, tanto física como mental. «Mens sana in corpore sano» es su lema, destacando que el entrenamiento es esencial para su bienestar y felicidad. Además, su marido Kitín Muñoz comparte su pasión por el deporte y la disciplina militar, algo que ambos intentan inculcar en su hijo, Simeón Hassan Muñoz. Recientemente, la princesa sorprendió nuevamente al aparecer en el funeral de Fernando I de Bulgaria, primer zar de la dinastía tras la independencia del país del Imperio otomano. Su presencia, acompañada de su esposo en la ceremonia fúnebre en el Palacio Vrana de Sofía, fue ampliamente comentada y las imágenes de su musculosa figura se hicieron virales. A pesar de las críticas y los juicios sobre su apariencia, Kalina de Bulgaria sigue adelante con su vida, demostrando que la fuerza y la determinación son parte integral de su identidad. Su historia es un testimonio de cómo ha enfrentado y superado desafíos personales, manteniéndose fiel a sí misma y a sus valores. La vida de Kalina de Bulgaria es una combinación de tradición y modernidad, de desafíos superados y de un compromiso constante con la salud y el bienestar. En un mundo que a menudo se sorprende ante lo diferente, la princesa se erige como un ejemplo de fortaleza y autenticidad.