El Parlamento israelí ha votado en contra del establecimiento de un Estado palestino “por principio”: una resolución copatrocinada por partidos de la coalición ultraderechista del primer ministro, Benjamín Netanyahu, y otras formaciones de la misma tendencia de la oposición ha salido adelante con 68 votos a favor y nueve en contra.
En el texto, la Knéset afirma que “se opone firmemente al establecimiento de un Estado palestino al oeste de Jordania. El establecimiento de un Estado palestino en el corazón de la Tierra de Israel supondrá un peligro existencial para el Estado de Israel y sus ciudadanos, perpetuará el conflicto palestino-israelí y desestabilizará la región”.
La resolución considera que promover la idea de un Estado palestino en este momento es “una recompensa al terrorismo y solo alentará a Hamás y sus partidarios a ver esto como una victoria gracias a la masacre del 7 de octubre de 2023, y un preludio a la toma de poder del islam yihadista en Oriente Medio”. “Será sólo cuestión de poco tiempo hasta que Hamás se apodere del Estado palestino y lo convierta en una base terrorista islámica radical, en coordinación con el eje liderado por Irán para eliminar el Estado de Israel”, agrega.
La resolución fue inicialmente propuesta por el partido derechista Nueva Esperanza (una escisión del partido Likud, de Netanyahu). Según su líder, Guideon Saar, el objetivo de la iniciativa es “expresar la oposición general entre el pueblo israelí a un Estado palestino, que pondría en peligro la seguridad y el futuro de Israel”. “Es un mensaje a la comunidad internacional de que la presión para imponer un Estado palestino a Israel es inútil”, dijo, en medio de las crecientes voces que piden relanzar un proceso de paz e impulsar la solución de los dos Estados.
Pero esta no es la primera vez que la Knéset se pronuncia en este sentido. El pasado febrero, fue aprobada otra resolución, propuesta por el propio Netanyahu, que rechazaba el establecimiento de un Estado palestino, pero en ese caso se refería específicamente el establecimiento unilateral de dicho Estado, ante la intención de varios países de reconocer a Palestina como respuesta a la guerra de Gaza y para impulsar una solución diplomática al conflicto. España, Irlanda y Noruega se encuentran entre los países que han reconocido el Estado palestino recientemente, mientras que el nuevo Gobierno laborista de Reino Unido ha dicho que lo hará. Mientras ese reconocimiento podría retrasarse, este viernes Londres ha anunciado que reanudará la financiación de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
Nabil Abu Rudeineh, portavoz de la Presidencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) –con sede en la Cisjordania ocupada–, ha insistido en que sin un Estado palestino con Jerusalén Este como capital “no habrá paz, ni seguridad para nadie”. Los palestinos reivindican esa parte de la ciudad, ocupada y anexionada por Israel, que a su vez la considera su capital. Según las resoluciones internacionales, Jerusalén Este sería la capital de un Estado palestino, que se crearía sobre las fronteras de 1967 (anteriores a la ocupación de amplias zonas por parte de Israel en la Guerra de los Seis Días).
Por su parte, el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Husein Al Sheij, ha dicho que la resolución “confirma el racismo del Estado ocupante y su desprecio al derecho internacional; así como su insistencia en perpetuar la ocupación, la ausencia de un socio para la paz y el socavamiento de los acuerdos firmados”.
Hamás –el grupo islamista con sede en Gaza que lanzó un gran ataque contra Israel el 7 de octubre– ha considerado que se trata de “una decisión inválida emitida por una parte ocupante que no tiene legitimidad en tierra palestina”.