Una novillada con tres de los más atractivos nombres del escalafón sirvió para abrir una nueva edición de la feria de julio. Aliciente más que de sobra para que la plaza registrase una aceptable entrada. Se les enfrentó a un encierro de una ganadería debutante en esta feria y coso, la de Núñez de Tarifa, que no tuvo una presentación feliz ni colaboró a que sus matadores pudieran lucir en todo su esplendor, impidiendo en buena medida que puntuasen en una feria y plaza de primera.
Navalón fue el que mejor parado salió y el que mejores sensaciones dejó. Se estiró a la verónica con su primero, mansón y distraído, al que se ahorró castigo en varas. Comenzó su faena en el mismo platillo y de rodillas, logrando fijar a un novillo con clara tendencia a irse, enganchándole a su poderosa muleta y llevándole hasta donde el animal no quería, sacando series, sobre todo con la zurda, largas, templadas y cada vez más profundas en un trasteo que, si hay que poner un pero, alargó demasiado, lo que influyó a la hora de matar. Y puede que le costase la puerta grande.
Por tres veces se fue a portagayola a recibir al sexto, primero al titular, devuelto por cojo, y luego al sobrero, una raspa sin fijeza y burriciego que también fue a los corrales. Y repitió la suerte con el segundo sobrero, un novillete asímismo muy blando y protestado por su endeblez. Intentó el de Ayora afianzarle pero fue misión imposible.
Rebrincado y a la defensiva de salida el que abrió plaza, que tras su paso por el caballo, desde donde le dieron lo suyo y la propina, pareció pararse y tomó la muleta con cierta desgana y siempre calamocheando y apretando al final de cada muletazo. Pareció tener mejor son por el pitón izquierdo pero no lo debió considerar así Nek, que volvió a la derecha para rematar una faena de tanta entrega como poco brillo.
Cuidó mucho más al cuarto en el primer tercio, pero con todo el de Núñez no tuvo ni claridad ni bonanza, dejando el de Algemesí una labor insistente y machacona,valiente y esforzada, haciéndolo todo él, aunque al final se fue con las manos vacías.
Jarocho, que se lució al recibir de capa al segundo, tuvo que medir las fuerzas, pocas, de un novillo que no mostró malas intenciones. Se picó con Navalón en quites, aun sabiendo que restaba opciones a su lucimiento posterior y dio mucha fiesta a la gente en banderillas, dejando un tercer par de no poco compromiso. Y pese a estar a unas semanas de su alternativa no dudó en mostrarse como novillero que quiere, sabiendo cual es su puesto y lugar, haciendo muchas cosas y procurando no dejaba nadie indiferente, lo que le terminó costando una aparatosa voltereta. Se le fue la mano al matar.
Sin humillar y molesto, tampoco el quinto le facilitó la labor al novillero burgalés, que derrochó ganas y esfuerzo por sacar partido de un novillo que no tuvo.
Jueves 18 de julio de 2024. Plaza de toros de Valencia. Primera de feria. Casi media entrada.
Novillos de Núñez de Tarifa, el sexto lidiado como sobrero bis. Conjunto justo de presencia y fuerza y de poco juego.
Nek Romero, de negro y oro, entera baja (silencio); y dos pinchazos, aviso (ovación).
Jarocho, de turquesa y oro, entera atravesada, corta (ovación); y entera (ovación).
Samuel Navalón, de burdeos y oro, dos pinchazos y descabello (oreja); y media (ovación).
De las cuadrillas destacó Víctor del Pozo .