Que el fútbol femenino es diferente al masculino es una evidencia de la que ya hemos hablado en esta columna por activa y por pasiva. Mismos códigos, mismas normas, mismas reglas, pero con multitud de particulares y diferencias. Desde la relación entre jugadoras, hasta las aficiones, los marcajes y pases y… incluso hasta las lesiones. Sabido es que la bestia negra entre las lesiones de los futbolistas, mujeres u hombres, es la del ligamento cruzado anterior, una dolencia de tratamiento largo y sacrificado y que si además no se cura bien, tiene enorme riesgo de repetirse con aún peores consecuencias. Hay diversas teorías, todas válidas, sobre por qué afecta más a mujeres que a hombres, pero la realidad es que...
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