En el duelo contra Independiente del Valle por la Sudamericana, el lateral derecho cometió una dura infracción y le sacaron tarjeta amarilla.
En la amplia gama de las frutas, una destaca por su sabor inigualable y también por su precio exorbitante. Cultivada en un lugar específico del mundo bajo condiciones extremadamente controladas, ha alcanzado cifras astronómicas en subastas. No se trata solo de una delicia para el paladar, sino también de un símbolo de estatus y lujo.
Cada año, al inicio de la temporada, se lleva a cabo una venta que despierta el interés de coleccionistas y amantes de la fruta de todo el mundo. Pero, ¿qué hace que esta sea tan especial y deseada?
El melón Yubari, conocido como la fruta más cara del mundo, se cultiva exclusivamente en la ciudad de Yubari, situada en la isla de Hokkaido, Japón. Estos melones se venden anualmente en una subasta donde los precios pueden alcanzar hasta los US$11.000. Esta fruta híbrida, resultado del cruce entre un melón Cantaloupe americano y una variedad europea, destaca por su forma perfectamente redonda, piel fina y rugosa, y pulpa de un vibrante color naranja.
El melón Yubari tiene un impacto significativo en la economía local de Yubari, Hokkaido. Este producto exclusivo representa el 97% de la renta agraria de la región, convirtiéndose en la principal fuente de ingresos para muchos agricultores locales. Además, el turismo también se ve beneficiado por la fama del melón. La región recibe visitantes interesados en conocer más sobre el proceso de cultivo y la historia detrás de esta fruta de lujo. La venta de productos derivados, como dulces y golosinas con sabor a melón Yubari, contribuye a generar más ingresos.
El elevado precio del melón Yubari se justifica por varios factores. En primer lugar, las semillas de estos melones son altamente valiosas y se guardan en cámaras acorazadas, distribuyéndose solo a 150 agricultores de la región. El proceso de cultivo es extremadamente riguroso, requiriendo condiciones específicas de temperatura, humedad y calidad del agua. Los melones se cultivan en suelos ricos en ceniza volcánica y en invernaderos equipados con sistemas de tuberías de agua caliente para mantener la temperatura ideal.
El proceso de cosecha dura unos 100 días, y cada melón se deja con un tallo en forma de "T", símbolo de su exclusividad. Además, solo se selecciona el melón más perfecto de cada árbol, reduciendo la producción al 3% pero garantizando la máxima calidad. Estos melones se venden en subastas anuales, donde se alcanzan precios exorbitantes debido a su rareza y calidad.
Más allá de su exclusividad y precio, el melón Yubari ofrece varios beneficios. Su pulpa es rica en vitaminas A y C, lo que lo convierte en una opción saludable para mejorar la visión y fortalecer el sistema inmunológico. Su sabor dulce y ligeramente picante lo hace ideal para diversas preparaciones culinarias, desde postres hasta platos gourmet.
Además, el melón Yubari es conocido por su capacidad para mantenerse fresco durante más tiempo en comparación con otras variedades de melones, lo que lo hace aún más deseable para los consumidores que buscan calidad y durabilidad en sus productos. Esta fruta también es un símbolo de estatus en Japón, a menudo regalada en ocasiones especiales como muestra de respeto y agradecimiento.
