El BNG sigue preso de sus viejas servidumbres. Desde la invasión rusa, ha dado la espalda a Ucrania en el Parlamento de Galicia, y hace otro tanto en el Europeo. Una de las primeras decisiones de Ana Miranda, la eurodiputada que comparte su escaño con ERC en el mandato recién iniciado, ha consistido en abstenerse al votar en Estrasburgo, en pleno, una resolución que reafirma las posiciones anteriores sobre el apoyo multifacético continuado a Ucrania durante el tiempo necesario para salir airoso. «Dime qué votas y te diré quién eres», criticó en X (Twitter) el diputado popular gallego Adrián Vázquez. «Ana Miranda vuelve a ponerse de perfil (...). Una abstención inexplicable de la eurodiputada que menos se parece a Galicia», abundó. Nada nuevo desde las filas nacionalistas, que en reiteradas ocasiones, en el Pazo do Hórreo, se han enrocado en no mostrar con Ucrania la misma solidaridad que exhiben hacia el pueblo palestino. ¿Qué les incomodó, en concreto, en el caso de esta resolución aprobada por el Parlamento Europeo? Quizás que fue iniciada y coordinada por el PP europeo, que negoció con S&D, ECR, Renew y Verdes, y logró un apoyo mayoritario: 495 síes. No parece, a priori, que no coincidiera la eurodiputada frentista en condenar la visita del primer ministro húngaro, Viktor Orban, a Rusia, y considerar que Hungría debe sufrir repercusiones por el seguidismo de Vladimir Putin a su líder. Los eurodiputados también instan al país centroeuropeo, en su resolución, a levantar el bloqueo de la financiación del Fondo Europeo de Paz para Ucrania. Tampoco parece razonable que Ana Miranda, en nombre del Bloque, la autoproclamada «voz de Galicia en Europa», se sintiese incómoda apoyando la condena al ataque contra el hospital infantil de Ohmatdyt, en Kiev, y expresando su solidaridad y condolencias a las familias de las víctimas. Otros puntos sí pudieron torcer el gesto de Miranda e impulsarla a decantarse por la abstención. Por ejemplo, el dedicado a mostrar la satisfacción del parlamento Europeo por el resultado de la Cumbre de la OTAN y la convicción de que Ucrania se encuentra en un camino irreversible hacia la adhesión a la Alianza. O la petición de un aumento del apoyo militar y la eliminación de las restricciones al uso de sistemas de armas occidentales contra objetivos militares en territorio ruso. También se reitera que Rusia debe compensar económicamente los daños que ha causado en Ucrania, y se pide a la UE un régimen jurídico para la confiscación de los activos estatales rusos congelados. Además de demandar al Consejo que aborde la elusión de sanciones por parte de terceros países y empresas con sede dentro y fuera de la Unión.
