Haber esquivado por los pelos la recesión en 2023 y haber tropezado con el estancamiento en 2024 no serán incidentes aislados para la economía alemana. El FMI constata en su último informe que las exportaciones alemanas no bailan al ritmo de los tiempos y parece evidente que la etapa de política monetaria restrictiva del BCE ha pasado una factura especialmente alta a la economía que tradicionalmente ha venido siendo en motor europeo. Los economistas del FMI prevén que el «microcrecimiento» se enquiste y emiten un diagnóstico preocupante : «debilidad persistente». Ninguna gran nación industrial producirá tan poco como Alemania en 2024 . Este año, los expertos del FMI esperan que el PIB alemán alcance sólo un 0,2%, después del -0,2% del año pasado. Esto significa que el PIB, después de descontar la inflación, no será mayor que en 2022. La economía alemana sigue estancada desde principios de 2020. Nunca terminó de recuperarse de la pandemia y ningún país parece haber sido tan afectado como Alemania por la invasión rusa de Ucrania. Se habla incluso de «pérdida del modelo de negocio» y de «desindustrialización». El FMI advierte que Alemania es uno de los países donde la «persistente debilidad del sector manufacturero indica una recuperación más lenta» y hay varios indicadores que lo confirman. La producción industrial, por ejemplo, cayó en mayo un fuerte 2,5%, en comparación con el mes anterior. A lo largo del año, el valor fue un 7% inferior a la producción del año anterior, lo que demuestra las dificultades que tiene la economía alemana, tradicionalmente orientada a la industria, para volver a crecer. Otras economías que no dependen tanto de la manufactura lo tienen más fácil, como España, que crecerá según el FMI un 2,4% en 2024. Alemania, la mayor economía europea, se convierte así en un factor de incertidumbre. La previsión de crecimiento del 1,5% de la zona del euro para 2025 será difícil de mantener si la economía de la República Federal de Alemania no logra el aumento del 1,3% que los economistas del FMI actualmente creen que puede lograr. Las expectativas económicas del ZEW se deterioraron ligeramente en julio, la confianza inversora cayó como no sucedía desde el mismo mes de 2023, hasta los 41,8 puntos y con un descenso de 5,7 puntos con respecto al mes anterior, debido al descenso de las exportaciones, la incertidumbre política en Francia y la falta de claridad sobre el futuro de los tipos de interés. « No vemos una señal económica clara a partir de estos nuevos datos de encuestas «, juzga Robin Winkler, economista jefe alemán del Deutsche Bank. «La economía alemana sigue teniendo dificultades para superar el estancamiento», confirma Katrin Demmelhuber, del Instituto Ifo, que apunta además que los años de escasez parecen estar siendo especialmente difíciles para las pequeñas empresas. Y uno de los principales motivos es que la lucha contra la inflación del BCE, con drásticas subidas de los tipos de interés durante los últimos años ha pasado una enorme factura a prestatarios privados y empresariales, a sectores enteros como la industria de la construcción. El Bundesbank aborda ahora la cuestión de cuán grandes son las consecuencias de esta política y confirma que en Alemania son mucho más serias que en la mayoría de los demás países. En un análisis de casi 230 fases en 46 países industrializados y emergentes desde la década de 1960, estudia el denominado «índice de sacrificio», que describe cuán alta fue la pérdida de desempeño económico en relación con la lucha contra la inflación. En promedio, en las fases de inflación examinadas, la proporción fue de aproximadamente 1. Esto significa que cada reducción en la tasa de inflación de un punto porcentual fue acompañada por una disminución del PIB de un punto porcentual, en comparación con el crecimiento tendencial. En Alemania se ha traducido en breves fases de ligera recesión y pronóstico de estancamiento. Mientras que el «ratio de sacrificio» o tasa de pérdidas ha sido prácticamente nulo en Italia y España, aparece un 0,2 en Francia y 0,4 en Alemania.
