Tras conseguir una mayoría absoluta y poner fin a 14 años de era conservadora, el nuevo Ejecutivo laborista de Keir Starmer ha presentado este miércoles su hoja de ruta basada en la estabilidad económica, la renacionalización de los ferrocarriles en el Reino Unido y la creación de un fondo nacional de infraestructuras. Ante los desafíos globales, muestra apoyo inquebrantable a Ucrania ante invasión rusa, compromiso con una solución de dos Estados en el actual conflicto de Oriente Medio, y objetivo de estrechar vínculos con la UE tras turbulentos años del Brexit.
Se trata de acto meramente político, pero al involucrar a Carlos III como jefe de Estado, está lleno de pompa y boato manteniendo intactas en esta monarquía parlamentaria las tradiciones del siglo XVII. Carlos III ha llegado en carroza a Westminster, vistiendo todas sus galas, incluido la valiosa corona, siendo la única ocasión que se saca de la torre de Londres. Y de blanco impoluto, a su lado esta la reina Camilla, que este miércoles por cierto cumple 77 años.
Al recitar el discurso escrito por el Ejecutivo, el monarca dijo que "su Gobierno" actuará "en servicio del país", con un programa legislativo "centrado en el cumplimiento de varias misiones" que tienen como base garantizar "la seguridad del Estado", "la estabilidad económica" y "justicia para todos".
