«No debería haber ninguna mujer en el Servicio Secreto», escribió en la red social X el comentarista de derechas Matt Walsh, que publicó un vídeo en el que se veía a tres agentes femeninas metiendo a Trump en un todoterreno. «Se supone que son los mejores, y ninguno de los mejores en este trabajo son mujeres».
En medio del intenso escrutinio sobre los supuestos fallos de los Servicios Secretos a la hora de evitar el atentado del sábado en Pensilvania, opiniones misóginas como la de Walsh han sido respaldadas por varias voces influyentes de la derecha.
El propietario de X, Elon Musk, publicó que creía que las mujeres del destacamento eran demasiado «pequeñas» para cubrir a Trump y no habían sido seleccionadas por sus méritos, mientras que el multimillonario de fondos de cobertura Bill Ackman sugirió que las llamadas políticas de diversidad, equidad e inclusión contribuyeron al incidente.
Por su parte, el congresista republicano Tim Burchett, de Tennessee, que alcanzó cierta notoriedad por decir «no vamos a arreglarlo» tras un tiroteo en una escuela de su estado, declaró a Fox News que la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, era una «persona de la iniciativa DEI» y sugirió que «esto es lo que pasa cuando no pones a los mejores».
Burchett forma parte del comité de supervisión de la Cámara de Representantes, liderado por los republicanos, que tiene previsto interrogar a Cheatle -que es la segunda mujer que preside la agencia de protección y ascendió en el escalafón en una carrera de décadas- sobre el intento de asesinato de Trump en una comparecencia el lunes.
Los defensores de una mayor diversidad en el personal de seguridad nacional dicen estar preocupados por la propagación de esa retórica.
«La gente se siente más segura en números, por lo que cuantas más personas como Tim Burchett digan cosas [que son] tan obviamente misóginas y sexistas, más otros que ya lo sienten sienten que van a poder salirse con la suya diciéndolo», dijo Gina Bennett, que pasó 34 años en la CIA y defiende la inclusión de mujeres en las filas de defensa.
«Lo que creo que hace es seguir haciendo aceptables el sexismo, el racismo y la misoginia, porque la gente se insensibiliza», añadió.
