El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha explicado este miércoles durante un largo discurso en el pleno del Congreso de los Diputados su plan de regeneración, largamente postergado desde que en abril amagase con dimitir por la investigación judicial a su mujer, Begoña Gómez. Por primera vez, el jefe del Ejecutivo ha concretado las medidas que piensa aplicar, en diálogo con los grupos parlamentarios, sobre los medios de comunicación. Tras reiterar su diagnóstico de que hay «pseudomedios» o «tabloides digitales» que suponen una amenaza para la democracia, y que a su juicio están financiados por gobiernos autonómicos a través de la publicidad institucional, el líder socialista ha anunciado la reforma de esa ley para evitar que haya «medios que tienen más dinero público que lectores». En todo momento, Sánchez ha aludido al reglamento europeo sobre medios, aprobado, ha reiterado una y otra vez, «por todos los grupos salvo la ultraderecha, también el PP». Se trata, ha argumentado, de «asegurar que no haya partidos que compren líneas editoriales con el dinero de todos los contribuyentes». El jefe del Ejecutivo, además, ha anunciado la puesta en marcha de un paquete de ayudas por valor de 100 millones de euros con cargo a los fondos europeos para «ayudar a los medios a seguir digitalizándose de manera segura». Una actuación de la que se podrán beneficiar los medios de comunicación para crear bases de datos, mejorar sus archivos o desarrollar herramientas que mejoren su «productividad y calidad informativa» así como reforzar su ciberseguridad, según ha explicado desde la tribuna de oradores de la Cámara Baja. Igualmente, y siempre tomando como referencia lo aprobado en el Parlamento Europeo, el jefe del Ejecutivo ha abogado por mejorar la «transparencia» de los medios de comunicación en varios ámbitos. El de sus propietarios o accionistas y también el de las mediciones de audiencias, para evitar, ha explicado, que haya «fraudes en la inversión publicitaria, mediante bots o agentes extranjeros», ha precisado. Sánchez ha negado que la intención de su Gobierno sea la de «repartir carnets de fiabilidad entre unos medios de comunicación y otros», una afirmación que enseguida ha provocado un aclamación irónica en la bancada de la derecha, a la que ha contestado así el líder socialista: «No creo que ninguna de las familias políticas que aprobamos esto en Bruselas y en Estrasburgo tuvieran esa misma intención». Un momento en el que el Grupo Socialista ha aplaudido, replicando así gestualmente a la bancada de enfrente. Su apelación implícita al primer partido de la oposición ha sido visible en ese y otros momentos de su discurso, donde además de la cuestión mediática ha confirmado su acuerdo con el socio de coalición, Sumar, para reformar la llamada 'ley mordaza', «a ver si esta vez lo conseguimos», ha exclamado. Para el presidente, los únicos que tienen que temer con las medidas anunciadas son quienes, ha dicho, «han convertido la mentira en un negocio rentable». EN AMPLIACIÓN