Ponerle un micrófono a Otegui para que opine sobre la selección española en los días previos de coronarse como ganadora de la Eurocopa 2024, son ganas de facilitarle que suelte uno más de sus habituales exabruptos cuando de hablar de España y de lo español se trata. Alguien que ha sido terrorista y que ahora viste con piel de cordero, no quiere saber nada del combinado español, porque dice no sentirse representado por él. Tampoco por la selección francesa. Lo suyo es la selección del País Vasco, que no ha jugado en esta competición ni se le espera. Qué gran frustración la sufrida por los indepes/separatistas vascos y catalanes que anhelaban la eliminación de España, y así lo manifestaban en encuestas ad hoc en algún digital con ganas de hacerse notar ante los suyos. La desearon cuando se enfrentó a Alemania, que fue eliminada al límite de la prórroga gracias a un providencial, magistral, espectacular, mágico cabezazo de Mikel Merino, un navarro que para Bildu es un euskaldún más. La debacle española que frente a Francia pretendían y por la que suspiraban los mismos separatas, como era ver a los jugadores españoles haciendo las maletas, se vio malograda por los goles de dos catalanes. El primero, de Dani Olmo. El segundo marcado por un catalán, hijo de padre marroquí y madre ecuatoguineana, llamado Lamine Yamal, que con su tanto empequeñeció la grandeur gabacha y la envió a casa. Y para que los indepes/separatas sintiesen aún más carcomidos sus afanes antiespañoles, otro navarro, residente en Bilbao, Nico Williams, abriría el marcador. Y aunque Inglaterra conseguía empatar cuando el partido encaraba la recta final y sobrevolaba la amenaza de la prórroga, un vasco nacido en Eibar, Oyarzábal, metía el gol del triunfo. La impotente venganza de alguno de sus paisanos anti-españoles, ha sido la de pintar insultos en la fachada en que vive la madre de este jugador . Para más disfrute de millones de españoles, Dani Olmo -máximo goleador del campeonato- impedía que Inglaterra empatase al detener con su buena cabeza un remate que habría sido gol de no ser por él. Hagan repaso de la procedencia de los jugadores de España y repararán en que, si bien están representadas un buen número de comunidades autónomas, la aportación de futbolistas vascos y catalanes ha sido muy superior a la de las demás regiones. No me dirán que lo que para los separatistas es una grandísima incongruencia que les provoca arcadas, no lo es para los demás españoles, encantados como estamos del éxito de España . Un éxito clamorosamente compartido y expresado en calles y plazas, parques y jardines de toda España, con millones de paisanos de toda edad y condición, celebrándolo con banderas, camisetas y gorras a lo grande. Mientras, en la Plaza Mayor de Amer, la población catalana en que nació el prófugo Puigdemont, sigue colgada desde hace diez años una gigantesca pancarta en la que se insulta a España en treinta y cuatro lenguas , sustituyendo otra colgadura elefantiásica en la que se homenajeaba al paisano que sigue a la espera de volver amnistiado a España. Otra gran paradoja la propiciada por estos pancarteros que son los de Seguim 1714, que formando parte de la colla de quienes utilizan toda clase de subterfugios para no pronunciar la palabra España, la repiten treinta y cuatro veces. Si el controvertido fiscal general del Estado, que sigue siendo Álvaro García Ortiz, no considera que lo de 'Puta España' en treinta y cuatro lenguas es delito de odio, será porque prefiere encuadrarlo en el apartado de libertad de expresión, o en el de 'no me toquen las puñetas que bastante tengo con la que se me viene encima'. Por unos días la polarización política y socia l , que se había adueñado del solar patrio por culpa de quienes han embarrado el campo de juego pero culpan a los demás, ha quedado al margen de toda refriega dialéctica gracias al buen juego, ilusión, ganas, compañerismo y fe de un grupo de jugadores seleccionados por quien ha demostrado oficio, llamado Luis de la Fuente. Gracias.