Ante la debacle electoral del PAN y a menos de tres meses de concluir su mandato, Marko Cortés, su presidente nacional, se exculpó de las derrotas en los últimos seis años como dirigente del partido azul.
Cortés Mendoza atribuyó los descalabros a la “perversa percepción del PRIAN”, a los “errores de nuestros gobiernos pasados”, al “brutal dineral” de Morena y el gobierno en las campañas, a la “intervención del crimen organizado y a un Presidente más populista y que menos respetó la ley electoral”.
En entrevista para el programa EntreDichos, de El Financiero, con el periodista René Delgado, el panista, aunque sostuvo que “se hizo lo correcto”, admitió que “hubo algunos errores humanos” y que “se pudieron haber hecho mejor las cosas”.
De inicio, señaló que “no pudimos quitarle a nuestra candidata (presidencial, Xóchitl Gálvez) la perversa percepción de ser del PRIAN. Ella no era del PRIAN, ni siquiera del PAN, era de la sociedad, pero no logramos comunicarle a la gente que ella era la que nos pedían, la que fue a tocar la puerta de Palacio Nacional y que no se la abrieron”.
Recalcó también que “no nos deslindamos de los errores de nuestros gobiernos pasados; no nos desligamos con claridad y puntualidad de algo que el PAN no tuvo nada que ver, del nombramiento, en su momento, de Genaro García Luna. ¿Nosotros qué? ¿Los panistas qué? La institución no tuvo nada que ver”.
En suma –dijo– “no logramos traducir en las urnas el entusiasmo que sentíamos en las calles y no tuvimos una propuesta diferenciadora; caímos en la trampa de los programas sociales y no logramos un proyecto distinto del que nos está gobernando y terminamos avalando una política clientelar”.
Reconoció que de 2000 a 2006 perdieron cuatro puntos porcentuales de votación; de 2006 a 2012, ocho puntos, y de 2012 a 2018, hasta 17 puntos porcentuales.
No obstante, resaltó sus logros. “En 2024 tuvimos la misma votación que en 2018. No es consuelo, pero quiere decir que resistimos al gobierno más populista, que menos respetó la ley y con la intervención del crimen organizado”.
Y agregó que “he sido el dirigente que volvió a reencontrar a muchos panistas, como Margarita Zavala y a Vicente Fox, que es un gran mercadólogo, un polemista, un baluarte”.
Anticipó que dejará la dirigencia del partido en octubre conforme a sus estatutos, que no va por la coordinación panista en el Senado en la próxima legislatura y que él sólo nombrará a los coordinadores provisionales en ambas cámaras legislativas, en tanto la nueva dirigencia hace los nombramientos formales.
Criticó que el expresidente Felipe Calderón “no ha entendido que ahorita nos necesitamos todos” y aceptó que “nuestras diferencias iniciaron cuando no apoyé a su hermano para ser presidente municipal de Morelia, en 1998, porque perdió la interna, y después cuando yo era senador quise ser gobernador de Michoacán y Calderón mandó a su hermana, Luisa María Calderón, como candidata”.
Subrayó que, a diferencia de sus críticos de hoy que le reprochan sus derrotas y su alianza con el PRI, “no me iré, permaneceré en el PAN, con cargo o sin cargo; terminaré en breve de ser presidente del partido, pero no me verán como exdirigente criticando a mi partido desde fuera”.
A su juicio, “es incorrecto criticar al partido” desde fuera y remarcó que las diferencias se discuten en los órganos internos de decisión y deliberación.