La desaparición de la Vicepresidencia de la Junta como departamento propio de la estructura orgánica de la Junta -contaba con tres direcciones generales- ha obligado a hacer una pequeña remodelación del Ejecutivo que ha afectado a la propia figura de la vicepresidenta y consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, y al consejero de la Presidencia, Luis Miguel González Gago. Para llevar a cabo estos ajustes, el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) publicó ayer sendos decretos del presidente, Alfonso Fernández Mañueco, el primero de ellos para definir las competencias de Isabel Blanco como número dos del Gobierno autonómico, mientras que el segundo fija algunas de las funciones que pasan a ser competencia de Gago y que estaban adscritas al anterior vicepresidente, Juan García-Gallardo. De esta forma, Isabel Blanco tendrá la representación de la Comunidad en sustitución del presidente; la representación en el Comité de las Regiones y en la Fundación Castilla y León y la Comisión Delegada del Gobierno. Este último es el órgano colegiado y transversal que tiene la función de tratar, de forma previa al inicio de su tramitación, asuntos como los programas de inversiones públicas de carácter plurianual para su posterior aprobación por el Consejo de Gobierno. Pasan a la Consejería de la Presidencia las labores relacionadas con las víctimas del terrorismo; colegios profesionales; fundaciones y asociaciones; el Consejo Consultivo, el Procurador del Común y el Defensor del Pueblo, y la simplificación administrativa.
