El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó este martes 16 de julio el tiroteo de la noche del lunes que provocó la muerte de nueve personas, incluidos los tres asaltantes, en Mascate, Omán, en el que es el primer ataque asumido por la organización en este país del golfo Pérsico.
De acuerdo a la agencia Amaq, órgano de propaganda del EI, tres combatientes del EI “atacaron una concentración de chiíes que realizaban sus rituales anuales en un templo chií en la zona de Al Wadi al Kabir de la capital”, en referencia al día de la Ashura, el más importante para la rama del chiísmo.
Según Amaq, que muestra la imagen a cara descubierta de los tres asaltantes con una bandera que simula ser la del EI, estos “abrieron fuego con ametralladora contra los chiíes y luego se enfrentaron con las fuerzas omaníes que llegaron al lugar, y los enfrentamientos continuaron hasta esta mañana (martes)”, sin dar más detalles.
En total, según el informante, el ataque provocó “más de 30 chiíes muertos y heridos, y cinco miembros de las fuerzas omaníes, entre ellos un agente de policía”.
La Policía omaní indicó este martes que el “incidente” -tal y como lo calificaron y sin usar la palabra terrorismo- causó “la muerte de cinco personas, el martirio de un efectivo de la Policía y la muerte de los tres culpables” del tiroteo, mientras que otras 28 personas de diferentes nacionalidades resultaron heridas.
La Embajada de Pakistán en Omán identificó a cuatro muertos como sus nacionales y otros 30 se encuentran en hospitales del país del golfo Pérsico recibiendo tratamiento, según indicó en un comunicado en su perfil oficial en X.
Videos que circularon durante la noche por las redes sociales mostraron imágenes de patrullas policiales cerca de una mezquita en Al Wadi al Kabir y en medio del sonido de disparos en un suceso que ha sacudido a la comunidad paquistaní del país.
Omán hace frontera con Yemen, donde está presente una filial del EI que en anteriores ocasiones ya había amenazado al país del golfo.
No obstante, Omán se caracteriza como un país pacífico y estable que no ha sufrido un atentado de esta magnitud en más de cuatro décadas.
Entre la población del país se cuentan millones de empleados expatriados, en su mayoría procedentes de países asiáticos.
