Estudio científico revela que existe presencia de metales pesados como el plomo y arsénico, que han sobrepasado los estándares de calidad permitidos. Sociedad civil demanda inmediata intervención del Ejecutivo.
Preocupados. El río Rímac es una de las principales fuentes de agua para el consumo humano en Lima; sin embargo, está en peligro. De acuerdo a un estudio de riesgos e impactos ambientales, hay presencia de metales pesados y uno de los posibles causantes sería las actividades mineras.
“Se han tomado 26 muestras de agua a lo largo de Pacococha-Millotingo, Tamboraque y Chinchan. En los cuales se ha encontrado aluminio, arsénico, cadmio, cobre y cromo en cantidades que sobrepasan los estándares de calidad permitidos de la normativa peruana”, sostuvo Edwin Alejandro Berrospi, coordinador del área sociambiental de la Red Muqui.
Además, refirió que la causa de los metales pesados serían los 386 pasivos ambientales y 18 relaves mineros distribuidos a lo largo del cauce. De los cuales, en un 98% no se ha identificado a los responsables y por ende no se han llevado a cabo acciones de mitigación. Por lo que se han terminado convirtiendo en un riesgo para las cuencas de cabecera, la salud humana y el ecosistema.
A su vez, Genaro Aguilar, de la plataforma por la Defensa y Promoción del Medio Ambiente de la Cuenca Alta, solicitó al gobierno de la presidenta Dina Boluarte la declaratoria de emergencia del río Rímac para una inmediata intervención de los actores involucrados. De lo contrario, anunció futuras protestas.
“El río Rímac ya no es hablador, está en decadencia, semimuerto porque transporta agua contaminada con metales tóxicos que están en la parte alta de la cuenca. Además de los relaves mineros, la población no tiene una cultura ambiental y los desagües de las empresas industriales desembocan en el río. Nos preocupamos porque la población está consumiendo agua contaminada”, aseveró.
Por esto, tras 10 años de constante lucha, demandó la intervención de los ministerios de Salud, Ambiente, así como de Energía y Minas.
En ese sentido, la congresista Rut Luque, de la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuanos, Ambiente y Ecología, manifestó que la declaratoria de emergencia debe estar acompañada de presupuesto y un plan de trabajo para revertir la situación de contaminación. Por ejemplo, manifestó que hasta el momento no hay un registro de las personas afectadas por los metales pesados.
“Si no hay respuesta aquí, que el río Rímac está muy cerca de Palacio, no nos queremos imaginar cómo será en los lugares donde el Estado no está presente”, precisó.
En tanto, Roy Arce, secretario del Sindicato Único de Trabajadores del Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima, señaló que si bien es cierto Sedapal antes de distribuir el agua de las cuencas de los ríos Chillón, Rímac, Lurín realiza el debido tratamiento, los recursos con los que cuenta son escasos. Por lo que este problema ambiental amerita acciones urgentes.
“Se dice que todos tenemos acceso al agua, pero no se está garantizando la calidad”, finalizó.
Cabe señalar que en la presentación del Análisis de Riesgos e Impactos Ambientales de la Actividad Minera en el río Rímac también participaron la Comisión Episcopal de Acción Social, Cáritas y la Diócesis de Chosica.
