Es una de las figuras más polémicas del ecosistema futbolístico y la artífice de su fichaje por el Real Madrid. Hoy, no ha podido contener el llanto convirtiéndose en una de las grandes protagonistas de la presentación.
El pasado 10 de mayo, Kylian Mbappé puso blanco sobre negro su deseo de marcharse del PSG para cumplir sus sueño y hoy por fin se ha hecho realidad. Tras años de espera, el delantero galo ha sido presentado hoy en un estadio Santiago Bernabéu abarrotado y con el número "9" a su espalda. "Ahora espero estar a la altura de este club, el mejor del mundo. Voy a dar la vida por este club y este escudo. Quiero dar un mensaje a los niños, que veo muchos. Yo tenía un sueño y hoy lo cumplo. Tengo sólo un consejo: con pasión podéis cumplir lo que deseéis. Algún día podéis estar vosotros aquí. Estoy muy emocionado, significa mucho para mí estar aquí. Estoy muy feliz por ser parte del club de mis sueños y el club más grande de las historia del fútbol" ha afirmado el astro galo.
Unas emotivas palabras que han convertido en protagonista a su madre, Fayza Lamari. La apodada "Dama de Hierro" en los entornos futbolístico no ha podido evitar el llanto al ver a su hijo besando el escudo del Real Madrid y coreado por una multitud que anhelaba este día. Un llanto que podría haber ablandado el corazón de los madridistas que siempre la consideraron la principal responsable del retraso de su llegada a Madrid.
El plantón épico del delantero al club blanco cuando todo parecía atado convirtió a Fayza Lamari, la todopoderosa madre de Kylian Mbappé, en la enemiga pública número uno del madridismo y ahora, todos la señalan como la artífice de que hoy hayamos visto al astro galo vestido de blanco. Pero ¿Quién es la dama de hierro que mueve los hilos de la carrera de Mbappé?
Fayza Lamari, es la gestora de la empresa KEJWF (nombre formado por las siglas de la familia). K de Kylian, E de Ethan (el hijo menor que juega en la cantera del PSG), J de Jires Kembo Ekoko (hermano adoptivo de Mbappé), W de Wilfried (el padre) y F de Fayra (la madre). Con mano de hierro, Faiza lleva todo lo relacionado con la imagen y las finanzas e incluso la vida de Kylian. En los mentideros franceses se rumorea que ella es la culpable de que Kylian siga siendo un soltero de oro.
Abogada de profesión, en su juventud fue una figura del balonmano y fue determinante su pasión por el deporte para poder transmitírsela a sus hijos. Desde muy pequeña entendió la competición como un camino con dos claves: la disciplina y la solidaridad. Su carrera la realizó en el AS Bondy de la Primera de Francia donde se convirtió en una referente y sigue hasta el día de hoy apoyando a la institución. Ella ha inculcado a sus tres hijos los valores del deporte: Kylian, Ethan y Jires y los tres se dedican al fútbol.
Ethan compite en las divisiones inferiores del París Saint Germain mientras que Jires, hijo que adoptó junto a Wilfried, compitió en el club tuco Bursaspor y llegó a representar a la selección de Francia como jugador de la sub 21 tras obtener la nacionalidad en el 2008. Pero en los últimos años se ha centrado en la carrera de su hijo con más proyección.
Es una negociadora implacable y se convirtió en un auténtico quebradero de cabeza para el Real Madrid durante la pasada temporada. Exigió más dinero, los derechos de imagen e incluso se atrevió a sugerir un cambio de entrenador. Pero su estrategia quedaba al descubierto al admitir que siempre había jugado a dos bandas y se había decantado por el PSG a quien arrancó un contrato histórico.
Desde París aseguran que Lamari ya firmó en enero con Qatar un acuerdo para la desvinculación de Mbappé del PSG que diera vía libre a su llegada a Madrid.
Mientras el padre de Kylian se encarga de aspectos de la carrera deportiva de su hijo, Fayza lleva todo el asesoramiento, la parte económica, la imagen y los contratos de la estrella del PSG. Lo hace siempre con la ayuda de Delphine Verheyden, abogada del delantero y la cuarta pata de esta mesa. Ambas son las encargadas de establecer todas las estrategias que seguirá el crack de Bondy, también a nivel comunicativo.
