Los antiguos griegos tenían caries, como cualquier sociedad moderna con una dieta basada en cereales. Aristóteles ya observó que los alimentos dulces como los higos tiernos y los dátiles causaban una película pegajosa en el diente que, según decía, provocaba putrefacción y caries. Junto con este problema, aparece otra práctica muy humana: cepillarse los dientes.
En el Antiguo Egipto se empleaban ramitas fibrosas conocidas como “palillos para masticar”. Los babilonios y los griegos adoptaron prácticas similares. En la antigua Grecia, los escritos de Hipócrates mencionan recetas para mezclas de polvo dental que contenían ingredientes como cenizas de huesos y conchas de ostras, así como mirra y piedra pómez. Estas mezclas se usaban para frotar los dientes y mantenerlos limpios.
Las pastas dentales y cepillos modernos comenzaron a aparecer en el siglo XVIII. Hoy en día, la higiene dental es una parte esencial de la rutina diaria en muchas culturas, y como suele ocurrir, se ha electrificado y tecnificado.
La caries se produce cuando los ácidos generados por las bacterias en la placa dental descomponen el esmalte de los dientes, formando cavidades y dañando las estructuras internas. Según la Organización Colegial de Dentistas, el 94% de los adultos en España tiene caries. El cepillado de los dientes y las pastas dentífricas con flúor son una forma de prevención eficaz, pero hay que tener el hábito. En España, un 43% se cepilla los dientes dos veces al día, seguido por un 30% que se los cepilla tres o más veces, mientras que solo 4% lo hace ocasionalmente y un 2% nunca.
El primer cepillo de dientes eléctrico, el Broxodent, fue inventado en Suiza en 1954, y era necesario enchufarlo a la toma de corriente. En los años 60, General Electric introdujo el primer cepillo de dientes eléctrico que funcionaba con baterías recargables, y en los 80 Oral-B introdujo las tecnologías de oscilación y rotación en sus los cepillos eléctricos, que hoy es el estándar.
Si a eso se añade vibración, el cepillo produce más micromovimientos sobre los dientes, y es más eficaz, aunque los cepillos dentales que además introducen oscilación parecen funcionar mejor que los cepillos dentales que sólo vibran. Una revisión de estudios demostró que, en general, los cepillos eléctricos reducen la placa y la gingivitis en mayor medida que los manuales. Tras tres meses de uso, la placa se redujo en un 21% y la gingivitis en un 11%. Otra revisión similar encontró que los cepillos eléctricos eran más eficaces, no solo para eliminar la placa y prevenir la gingivitis, sino para reducir el sangrado de las encías.
Una nueva tecnología, los ultrasonidos, se une a todo anterior. En lugar del movimiento físico para limpiar los dientes, los cepillos ultrasónicos utilizan una alta frecuencia de vibración para eliminar la placa y los restos de comida. Sin embargo, una reciente revisión los situó ligeramente por debajo de los cepillos eléctricos con otras tecnologías (oscilación, rotación y vibración). Teniendo en cuenta que los modelos con ultrasonidos son los más caros, puede que la inversión no merezca tanto la pena. El mismo análisis encontró, de nuevo, una diferencia significativa a favor de los cepillos eléctricos con oscilación y rotación frente al cepillado manual.
Además de la eficacia, hay factores psicológicos que hacen que el cepillo eléctrico sea superior al manual. Se ha calculado que el tiempo necesario para eliminar la placa de los dientes es, como mínimo, de dos minutos. Sin embargo, una encuesta reveló que el tiempo real que la mayoría de niños y adultos dedican al cepillado manual se mide en segundos y, en general, está por debajo del minuto y medio. Esa puede ser parte de la eficacia de los eléctricos.
La mayoría de los cepillos eléctricos incorpora un temporizador que apaga el motor automáticamente al cabo de los dos minutos. Sin usar un cronómetro, el tiempo que pasamos utilizando un cepillo manual es más subjetivo, pero el eléctrico es implacable, y puede ayudarte a limpiar los dientes el tiempo conveniente para eliminar suficientemente la placa de dientes y encías.
Al menos un estudio descubrió que las personas estaban más concentradas cuando se cepillaban los dientes con un cepillo eléctrico. Esto mejoró la experiencia general de cepillado y podría mejorar la limpieza de los dientes. Esto también se aplica a los niños, ya que la experiencia resulta más estimulante. Otros análisis encontraron que los cepillos eléctricos eran especialmente útiles para las personas con aparatos de ortodoncia y prótesis dentales, porque facilitaban el cepillado. Entre las personas con aparatos que ya tenían una buena salud bucal, los niveles de placa eran prácticamente los mismos, tanto si utilizaban cepillo eléctrico como si no. Pero cepillarse con una ortodoncia es incómodo y, si el cepillo eléctrico facilita la tarea, puede mejorar la salud bucal.
Esta mayor facilidad de uso puede estar detrás de la supuesta mayor eficacia de los cepillos eléctricos. En dos estudios entre personas mayores, los cepillos eléctricos no eliminaron significativamente más placa que los manuales, controlando el tiempo de cepillado estrictamente. Esto no significa que los cepillos eléctricos no funcionen, pero sí puede significar que no merece la pena pagar más, siempre que estemos dispuestos a ser diligentes con el tiempo de cepillado.