Tras el comienzo de una nueva semana de entrenamientos, la segunda de la pretemporada de la SD Huesca, era Óscar Sielva el que ponía voz al vestuario azulgrana, en condición de uno de los capitanes del equipo. "El grupo está centrado en trabajar, en coger ritmo lo antes posible. A partir de allí las cosas vendrán, llegarán jugadores y todo se irá poniendo en su lugar. Hay que estar tranquilos, y prepararnos para el inicio", aseguró desde la veteranía de su tercer año defendiendo la camiseta de la SD Huesca.
La continuidad tanto del entrenador como de una buena parte de la plantilla se convierten en un punto más que positivo para el nuevo año. "Creo que es la primera piedra para comenzar el nuevo año. Además tenemos muchos jugadores con contrato, que ya nos conocemos y sabemos lo que quiere el míster. Es algo muy bueno", dijo. "El míster es muy exigente, tanto con nosotros como con él mismo, nos lleva siempre al límite. No solo en pretemporada, durante todo el año. Y nosotros agradecidos de que sea así, que saque lo que cada uno tiene".
Porque con la nueva semana subió el ritmo de entrenamiento, con una exigente sesión matinal en Benasque. "La pretemporada está para eso, para coger carga en las piernas, y poner a punto la maquinaria", valoró Sielva los primeros siete días de trabajo. "Yo me siento como cuando llegué, con mucha ilusión y ganas de aprender, de mejorar, y sobre todo de ayudar. Poner lo que uno sabe a disposición del grupo, sobre todo con la gente joven. Ojalá en lo personal pueda tener el protagonismo y la continuidad del año pasado, en el que pude disfrutar de muchos minuto y de la confianza del míster".
