La inflación de junio alcanzó el 4,6% mensual y fue el primer rebote de la medición desde que comenzó el Gobierno, en comparación con mayo, cuando tocó el 4,2%, su menor nivel en 27 meses.
La suba fue impulsada por la categoría vivienda, agua, electricidad y gas, que aumentó 14,3% en el mes, mientras que los alimentos, que son la categoría de mayor peso en el indicador, subieron 3%. La inflación núcleo, que en su medición elimina los precios estacionales y regulados, subió 3,7%.
El presidente Javier Milei esta semana dio detalles de los pasos a seguir para salir del cepo. En el listado de requisitos mencionó tres que se deben dar a la vez: terminar con los pasivos remunerados, terminar con los PUTs y la "convergencia de la inflación con la de devaluación en un entorno cercano a cero mensual".
En un contexto en el que el Gobierno aún tiene pendientes aplicar ajustes de precios relativos, en especial en tarifas y combustibles, la inflación núcleo recupera relevancia para evaluar una tendencia más certera sobre la evolución de los precios.
Este dato se mantuvo estable respecto de la registrada en mayo. Ambas mantienen el menor nivel desde enero de 2022. "Estamos viendo que en mayo alcanzó mínimos y tocó un piso", dijo Noelia Abbate economista de la UBA y miembro de Paridad en la Macro y agregó: "Es probable que vuelva a subir a raíz de algunos factores que dispararon mayores niveles de incertidumbre".
"La núcleo es fácil de explicar su evolución porque tiene una correlación más directa con el precio del dólar, los salarios y con las tarifas. Si analizamos estos componentes, parece difícil alcanzar una inflación cercana a cero en el mediano plazo", explicó Claudio Caprarulo, director ejecutivo de Analytica.
Abbate explicó que los factores de incertidumbre en los últimos días fueron principalmente financieros, como la suba de los dólares paralelos, del riesgo país, y la caída de las acciones. Además, agregó que queda pendiente aún como factores de incertidumbre la reglamentación de la Ley Bases que puede sumar algunos niveles de presión en ese frente.
En el mismo sentido se expresó Caprarulo y agregó que esta dimensión también pesan las expectativas sobre cuánto tiempo puede el Gobierno sostener la tasa del crawling peg del 2% mensual. "Todo indicaría que no puede mantenerse por mucho tiempo y que en algún momento va a haber una corrección, no necesariamente grande pero sí superior a la tasa de crawling".
Otro de los elementos que presionan sobre la núcleo son los salarios. Según Caprarulo, estos pueden ponerle un piso a la caída de la inflación. "Los salarios, hasta los registrados, perdieron. Estos últimos perdieron en pocos meses 10% del valor real. Es entendible, sobre todo si la actividad empieza a crecer como espera el Gobierno, los trabajadores quieran recuperar parte del salario perdido" y reactiven las paritarias por encima de los niveles que se venían dando.
Algo similar puntualiza Martín Kalos, director de Epyca Consultores, pero desde el enfoque de la inercia. "Eso afecta a muchos componentes y lo estamos viendo en contratos cada vez más frecuentes y más cortos. Es el caso de los contratos de alquiler que se hacen por menos tiempo, o las paritarias con revisiones a menor plazo. Eso deja una inercia que impacta en todos los bienes y servicios y, consecuentemente, en la núcleo".
Todos los consultados coinciden en que aún restan algunos reacomodamientos de precios, en especial, en tarifas. "La núcleo nunca se aleja mucho de la general porque hay una retroalimentación entre los precios. Por más de que se excluya a los regulados, van a impactar en el costo de las empresas, el costo de vida, que va a empujar paritarias y bienes que si están considerados en la núcleo", analizó Kalos.
Solo en junio, los aumentos de tarifas alcanzaron a tocar en algunos casos el 100%. Sin embargo, todavía faltan varios ajustes y profundizar la caída de los subsidios para alcanzar el objetivo planteado por el Gobierno de recortar el gasto al 25% del PBI.
"Todavía falta recorrer un largo camino y uno tiene a pensar que va a seguir habiendo aumentos", agregó Caprarulo.
Si bien es uno de los objetivos explicitados del Gobierno, aún considerando que sea la núcleo la que sea llevada a cero, no hay consenso de que eso ocurra en 2024.
"Difícilmente este año veamos un valor de cero para la núcleo. Los disparadores de la incertidumbre estarían provocando que ahora la tendencia empiece a ser un poco más al alza y esos son los factores que resisten que el núcleo tienda a cero", analizó Abbate.
Algo similar señaló Kalos, quien sostuvo que es probable que en nivel general se amesete en torno al 4 o 5% según el mes, con la núcleo un poco por abajo.
Caprarulo también consideró difícil que se encamine a cero en el corto plazo, pero agregó una arista positiva en el proceso: "Si el Gobierno equilibra las cuentas públicas y va hacia un mercado cambiario más estable, y a una recuperación de la actividad, eso podría decir que, una vez que todo eso se acomode y se desarmen los desequilibrios, estaría todo dado a que la inflación empiece a converger a tasas más cercanas al 0 o similares a los de la región".