Hablamos con expertos para ver por qué pueden ser un peligro.
Nos encanta dividir el mundo en dos tipos de personas. Da igual que sea entre quienes prefieren la tortilla con cebolla y quienes la prefieren sin, las que prefieren el mar o las que prefieren la montaña o simplemente algo tan cotidiano como quienes dan dos besos y quienes no: ordenar el mundo nos da paz. Esa pequeña clasificación, por absurda que sea, nos da cierta estabilidad y nos divierte.]]>