El expresidente de Estados Unidos Donald Trump ha afirmado este domingo durante una entrevista con el 'New York Times' que «se supone» que debe «estar muerto» después de sobrevivir a un intento de asesinato durante un mitin en Pensilvania que ha calificado de « experiencia muy surrealista «. «El médico del hospital dijo que nunca había visto algo así, lo llamó un milagro», ha explicado en su avión privado a bordo a Milwaukee (Wisconsin) para participar en la Convención Nacional Republicana que certificará su candidatura a la Casa Blanca. Trump llevaba durante la entrevista un vendaje blanco que le cubría la oreja y el personal insistió en que no le tomaran fotografías. «Se supone que no debo estar aquí, se supone que debo estar muerto», ha subrayado, antes de señalar que lo estaría si no hubiera girado ligeramente la cabeza hacia la derecha para leer un cartel. El magnate ha aseverado que mientras los agentes del Servicio Secreto le sacaban del escenario, él quería seguir hablando con sus simpatizantes, pero le dijeron que no era seguro y que tenían que llevarlo a un hospital. También ha asegurado que durante las labores de las fuerzas de seguridad le «golpearon tan fuerte que» se le cayeron los zapatos . Por otro lado, ha aprovechado la ocasión para agradecer a los agentes que le protegieron y abatieron al tirador. «Le mataron de un tiro entre los ojos. Hicieron un trabajo fantástico. Es surrealista para todos nosotros», ha añadido. «Mucha gente dice que es la foto más emblemática que han visto jamás. Tienen razón y no morí. Normalmente hay que morir para tener una foto emblemática», ha agregado al comentar la emblemática fotografía en la que sale levantando el puño mientras dijo 'Lucha' varias veces. En otra entrevista con el periódico 'Washington Examiner', el exmandatario ha asegurado que ha reescrito por completo su discurso para la convención con el objetivo de abordar este momento y abogar por la unidad del país. «Esta es una oportunidad de unir a todo el país, incluso a todo el mundo. El discurso será muy distinto, muy diferente de lo que habría sido hace dos días», ha afirmado. El ataque, en el que Trump resultó herido leve en su oreja derecha después de que la bala la rozara, se saldó con la muerte de un simpatizante y con otros dos heridos, que han sido hospitalizados. El atacante, identificado como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, fue abatido segundos después por un francotirador del Servicio Secreto en el tejado desde el que efectuó los disparos.