Las vacaciones escolares permite que los niños estén más tiempo en casa y fuera de ella, disfrutando de la piscina, la playa, la montaña, y que hagan más deporte y jueguen al aire libro. Este escenario, en principio idílico, puede, en ocasiones, torcerse y producir un efecto contrario al deseado porque este tiempo libre es el caldo de cultivo para pequeños accidentes que, en ocasiones, requieren la visita de las urgencias pediátricas en un hospital. Con el objetivo de evitar y prevenir sustos, los médicos recomiendan prudencia y recuerdan cuáles son los casos que ven con más frecuencia en consulta durante estas fechas. Según apunta a ABC Rosa Merlos, doctora del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, «los accidentes son una de las causas más frecuentes de muerte en niños y la mayoría de son evitables» Explica que la forma de prevenirlos es diferente para cada edad. Los accidentes infantiles varían según la edad de los niños: De 0 a 6 meses: sofocación en la cuna, traumatismos por caída del cambiador o de la cama y quemaduras por agua caliente o ingesta de líquidos calientes. De 6 meses a 1 año: atragantamientos (el bebé se lleva todo a la boca) y riesgo de traumatismos por caídas o choques al gatear o dar los primeros pasos. De 3 a 6 años: ingesta de productos tóxicos o medicamentos por curiosidad, sofocación por frutos secos, chicles y frutas con hueso. A partir de los 6 años: traumatismos debido a la actividad física, juegos y deportes. En cuanto a los adolescentes, es cierto que a veces los padres pueden bajar la guardia. «Sin embargo, es importante seguir supervisándolos y educándolos sobre los riesgos más frecuentes a su edad, como el consumo de alcohol o drogas, el uso seguro de dispositivos móviles y la seguridad vial. La comunicación abierta y el establecimiento de límites son clave para mantener a los adolescentes seguros fuera de casa», recuerda Rosa Merlos. Sonia Pérez Valle, pediatra del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, añade que las patologías más habituales en verano son las siguientes: Quemaduras solares «Cuando afectan a zonas extensas, sobre todo en niños menores de 3 años, es importante que se controlen en un servicio de urgencias cuando aparecen ampollas o se levanta la piel; cuando esto sucede el niño puede incluso tener fiebre», asegura la especialista. Cabe recordar que existen zonas del cuerpo que se queman con frecuencia porque «nos olvidamos de aplicar crema; las orejas y la nuca sobre todo». Otitis Las otitis son procesos muy dolorosos que precisan atención de urgencia en aras de mitigar el dolor con analgesia y administrar antibióticos para detener su evolución. En cuanto al uso de tapones en el agua para prevenir su aparición, «no son eficaces, ya que difícilmente van a ocluir el conducto auditivo externo; es más, pueden dificultar la salida del agua», explica la doctora Pérez y matiza que «hay tapones hechos a medida para cada niño que pueden funcionar; pero los comerciales no». Picaduras y alergias «El control sobre lo que comemos baja en verano, -afirma-, debido a que muchas comidas se realizan fuera de casa. La señal de alerta más preocupante ante una alergia alimentaria es la dificultad respiratoria, que merece el desplazamiento inmediato del niño al servicio de urgencias de un hospital». Los alimentos más frecuentemente implicados son el huevo y la leche de vaca, seguidos de frutas y frutos secos, que han aumentado de forma importante en la última década, según la Asociación Española de Pediatría. En cuanto a las picaduras, hay que tener en cuenta que las hay muy dolorosas, como las de las medusas. Son procesos molestos ya incómodos para los adultos y en los niños conviene que acudan a urgencias «para tratar los efectos y que se sientan aliviados», asegura la pediatra. Además, recomienda el uso de escarpines en lugares donde se intuya que pueda existir peces araña, difíciles de apreciar porque se entierran en la arena y presentan una toxina en la espina que produce un dolor muy intenso». El equipo sanitario de Maternify, empresa de matronas a domicilio cuyo propósito es ofrecer apoyo a la maternidad, también se suma a apoyar a las familias para que extremen sus precauciones con una guía de primeros auxilios para evitar los incidentes más repetidos en verano: 1. Ahogamientos La OMS advierte de que los ahogamientos son una de las primeras causas de muerte accidental en niños entre 1 y 4 años. En caso de ahogo se debe sacar al niño del agua lo más rápidamente posible. Si respira, quítele la ropa mojada, acuéstelo de lado y tápelo. No intente dar golpes en el estómago o en el pecho para sacar el agua. Si el niño está inconsciente pida ayuda sin separarse de él. Si no respira, hay que inicia las maniobras de resucitación cardiopulmonar. La maniobra para abrir la vía aérea consiste en, tumbado boca arriba, inclinarle la cabeza ligeramente hacia atrás y colocarle una mano en la frente y otra en la barbilla. En esa posición comprobaremos que respira. Si no respira tendremos que practicar el boca a boca. Daremos 5 insuflaciones boca-boca (niños) o boca-boca/nariz (bebés). Comprobaremos signos de vida y repetiremos. Si no lo conseguimos, presionaremos fuerte y rápido en el centro del pecho para hundirlo (4 cm en bebés y 5 cm en niños), con una frecuencia de 100- 120/minuto. 2. Lipotimia por exceso de calor La reconoceremos porque el niño está alicaído o se desploma. Se acompaña de otros síntomas, como sensación de mareo, palidez, sudoración fría, debilidad, visión borrosa, pitidos en los oídos, náuseas y/o vómitos. Si el niño no ha perdido la conciencia, puede sentarse con la cabeza entre las rodillas y si está inconsciente, hay que tumbarle con las piernas en alto. Mantén el lugar ventilado, fresco y afloja la ropa para que no le apriete. Esperaremos un minuto a que recupere la conciencia y se espabile. Poco a poco le sentaremos sin ofrecerle comida o bebida. Hay que acudir al médico si tiene dolor en el pecho o palpitaciones, se ha dado un golpe fuerte en la cabeza, ha presentado convulsiones, ha sucedido mientras realizaba ejercicio físico, ha durado más de 1 minuto, tiene dificultad para respirar o no se recupera rápidamente. 3. Mordedura y arañazo de perro o gato Puede producirse solo una erosión superficial o una herida más profunda. Si la herida sangra, aplique presión sobre el área afectada con una gasa hasta que pare y limpie la herida con agua y jabón, dejándola bajo el chorro de agua durante minutos para terminar cubriéndola con una gasa estéril o un paño limpio. Intente identificar si es un animal desconocido o salvaje o si tiene dueño para conocer su estado vacunal y acuda al médico si la mordedura o el arañazo son profundas. 4. Picaduras de abeja y avispa La reconoceremos porque tras la picadura se produce hinchazón, enrojecimiento y picor en la zona afectada. Las abejas dejan un aguijón que contiene el veneno y que hay que extraer raspando con una tarjeta u objeto de borde recto. No uses pinzas, pues podríamos exprimir la vesícula venenosa e inyectar el veneno. Una vez extraído limpia la herida con agua y jabón y aplica una compresa o paño con hielo, pomada de corticoide, amoniaco rebajado o producto específico para picaduras. No rascar ni frotar la zona, no aplicar barro ni saliva. Acude al médico si las picaduras afectan al interior de la boca, si los síntomas sugieren una reacción alérgica grave o si la hinchazón es muy importante y dura más de 3 días. 5. Picadura de medusa Si el niño siente dolor, ardor, inflamación y enrojecimiento en un zona en contacto con el agua del mar significa que le ha picado una medusa. Localiza en primer lugar al socorrista. Si no es posible, lo primero que hay que hacer es retirar los restos de los tentáculos con una toalla, nunca sin protección. Enjuagaremos la zona con agua de mar o suero salino fisiológico y nunca con agua dulce. Por último, aplicaremos compresas con amoniaco rebajado o pomadas corticoides. 6. Picadura de garrapata Perros, gatos, ciervos, vacas, ovejas y caballo son los animales con más posibilidades de tener garrapatas. Una visita a la granja puede acabar con una garrapata adherida a la piel del niño, con o sin enrojecimiento o inflamación local. Usaremos una pinza pequeña para agarrar la garrapata por la cabeza o la boca, cerca de la piel. Tiraremos firmemente sin girar las pinzas hasta que se desprenda de la piel. Lava la picadura con agua y jabón y acuda al médico si la piel está irritada o rojiza o si el niño tiene síntomas similares a los de una gripe. 7. Intoxicación y envenenamiento Si cree que el niño ha podido ingerir o inhalar una sustancia tóxica, intente identificar si hay restos del producto en la piel o en la ropa, si desprende un olor raro, si tiene quemaduras alrededor de la boca o si aparecen síntomas como dificultad para respirar, vómitos, dolor en el abdomen, somnolencia, alteraciones en el comportamiento u otros. Lo primero, separe la sustancia tóxica del niño. Si tiene algo sólido en la boca, quíteselo. Si la sustancia ha manchado la ropa retíresela y limpie la piel con agua (protegiéndose usted primero). Llame a Toxicología: 91 562 04 20. No intente provocar el vómito. No intente neutralizar el tóxico con leche ni aceite ni ninguna otra sustancia. Si le indican acudir al médico, lleve siempre el envase original. 8. Quemaduras solares Ante una quemadura, pondremos compresas frías en la zona y administraremos ibuprofeno junto a un hidratante tópico, gel de aloe vera, crema de hidrocortisona o un calmante tópico del dolor en piel quemada por el sol. Evitar volverá tomar el sol y beber mucha agua. Llamar al médico si aparecen ampollas y/o fiebre. Pueden producirse también quemaduras en la piel por contacto con líquidos calientes, objetos incandescentes, fuego, electricidad o productos químicos. En estos casos apartaremos la fuente de calor. En quemaduras eléctricas, asegúrese antes de tocarlo de que el niño no esté en contacto con la fuente eléctrica. Retirar inmediatamente la ropa caliente (excepto la que esté pegada a la piel), anillos, collares... y enfriar con agua corriente durante 15-20 minutos, excepto que la quemadura esté producida por gasolina. Cubriremos la zona quemada con un paño limpio, sin aplicar pomada ni explotar ampollas. Podemos administrar un analgésico (paracetamol o ibuprofeno) para aliviar el dolor. Acudir al médico si la quemadura afecta a la cara, las manos o pies, los genitales o es profunda. 9. Traumatismos en la cabeza En caso de traumatismo leve, aplique frío en el lugar del golpe. Observe al niño durante las siguientes 24 horas e intente que esté tranquilo y vigilado por un adulto. Acudir al médico de urgencias si el niño es menor de 3 meses, existe herida abierta que precisa puntos, ha perdido la conciencia, vomita, le duele la cabeza, llora mucho, quiere dormir, se comporta raro, sangra o moquea por las orejas o nariz o tiene un chichón muy grande. 10. Golpes y traumatismos en las extremidades Cuando hay una herida, un hematoma o dolor en una zona golpeada, estamos ante un traumatismo. Debemos elevar la zona, aplicar frío y comprimir durante 10 minutos, para evitar el hematoma. Guardar reposo hasta que remita el dolor. Si persiste, administrar un analgésico, inmovilizar la pierna con férulas, madera o cartones duros y el brazo en cabestrillo y consultar al médico. Hay que recordar que siempre es mejor prevenir que curar. «Todo el año, pero particularmente en verano por el tiempo que pasan en casa hay que mantener a los niños lejos de los niños utensilios de cocina peligrosos, por ejemplo, cuchillos o mecheros y medicamentos o productos de limpieza. Como abrimos más las ventanas en meses de calor, también hay que prestar más atención; ojo también a los ventiladores, que les llaman poderosamente la atención», ha comentado Carla Quintana matrona, cofundadora y directora Médica de Maternify. «Los padres deben recordar que igual de importante es intentar prevenir los accidentes tomando medidas que enseñar a sus hijos a evitarlos por sí mismos».