Un humorista americano solía contar siempre que sus vacaciones de verano comenzaban cuando por fin lograba cerrar el maletero de su coche con toda la familia ya dentro y terminaban cuando llegaba al asiento delantero para empezar a conducir. Solo durante ese ínfimo trayecto lograba descansar y estar en paz consigo mismo, sin padecer estrés ni gritos infantiles. Con los triunfos de la selección ocurre algo similar: tenemos esta noche para disfrutar del tremendo y rotundo éxito durante esta Eurocopa antes de que alguien nos estropee la fiesta. A partir del lunes ya empezarán los ajustes de cuentas, los navajazos y los garrotazos cainitas tan habituales tras este tipo de victorias. Cuando unos se quieren apropiar de los éxitos ajenos...
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