El desarrollo de la tecnología robótica para cirugía a distancia ha alcanzado un nuevo hito histórico. Recientemente, un cirujano chino ubicado en Roma realizó con éxito la primera prostatectomía robótica transcontinental del mundo, operando a un paciente ubicado a 8,000 kilómetros de distancia, en Pekín. Esta hazaña médica abre nuevas posibilidades para la atención médica remota, lo que podría transformar el futuro de los servicios de salud a nivel global.
Esta cirugía asistida por robótica a larga distancia, también conocida como telecirugía, fue posible gracias al uso de una consola de vídeo quirúrgica conectada de forma remota a un conjunto de brazos robóticos. La intervención fue facilitada por una red 5G y conexiones de fibra óptica, lo que permitió al doctor controlar con precisión los instrumentos desde el otro lado del mundo. Otro equipo médico junto a un cirujano acompañaron al paciente en China para poder adaptar con precisión los instrumentos a los movimientos del paciente y poder extirpar cuidadosamente tejido canceroso. El profesor Zhang, académico de la Academia China de Ciencias (CAS) y director del departamento de Urología del Tercer Centro Médico del Hospital General del Ejército Popular de Liberación (EPL), dirigió el exitoso e innovador procedimiento.
A priori, esta proeza es complicada, por ejemplo, porque un robot humanoide aún es propenso a cometer errores a pesar
de contar con tecnología avanzada. Sorprendentemente, el equipo consiguió lo inimaginable en este sector.
Se trata de un importante avance en el campo de la cirugía mínimamente invasiva. Al aprovechar la precisión y destreza de estos sistemas ahora se pueden realizar procedimientos complejos en enfermos ubicados a miles de kilómetros, lo que podría ampliar el acceso a una atención de alta calidad para comunidades remotas o desatendidas.
En realidad, la distancia total de comunicación bidireccional entre este cirujano y su paciente superaba los 20.000 kilómetros, un reto considerable ya que las grandes longitudes pueden provocar una mayor latencia, o retraso, entre la pantalla del cirujano y la respuesta de los robots en el otro extremo. En este caso, la red de telecomunicaciones 5G china contribuyó a reducir la demora a 135 milisegundos, inferior a los 200 milisegundos que diversos estudios consideran ideales para la telecirugía.
Antes de esta operación, el equipo ya había realizado más de cien estudios experimentales con animales que implican estas técnicas, así como pruebas exploratorias y pequeñas muestras en humanos.
Los investigadores declararon que esta tecnología podría utilizarse para aplicaciones médicas tanto civiles como militares en el futuro, y que tienen previsto instalar equipos de cirugía a distancia para el equipo internacional chino de búsqueda y rescate.