Corrían las doce del mediodía del 23 de octubre de 1980 cuando el tiempo se detuvo en Ortuella, una pequeña localidad vizcaína de apenas unos 9.000 habitantes de la margen izquierda de la ría del Nervión. Una explosión de gas propano en el colegio público Marcelino Ugalde, cuyo estruendo se propagó por varios kilómetros a la redonda, causó la muerte de medio centenar de niños de entre 5 y 6 años y se llevó también por delante la de tres trabajadores del centro educativo. Esos hechos, con los que se escribió una de las páginas más negras de la historia del pueblo, no habían caído en el olvido, pero sí estaban encuadrados en las coordenadas del pasado. Ahora, la intención de Netflix de dejarse guiar por las páginas de una novela de Fernando Aramburu y rodar una película en torno al desastre ha dotado al suceso de una nueva actualidad y ha hecho aflorar el descontento de unos ciudadanos que, cuarenta años después, se obstinan en salvaguardar su historia colectiva y su privacidad.
La catástrofe la ha puesto negro sobre blanco recientemente el novelista Fernando Aramburu, que la encuadra en una serie titulada 'Gentes vascas' y que pinta un mosaico que echa la vista atrás y se detiene a observar la historia más reciente, con el foco especialmente puesto sobre ETA con novelas como 'Patria' e 'Hijos de la fábula'. 'El niño', su última novela, reconstruye la tragedia de Ortuella desde los ojos de un jubilado que cada día se deja caer por el cementerio de Ortuella para visitar la tumba de su nieto, fallecido en la explosión.
Aramburu, que contaba 21 años en el momento de la explosión, buscó durante la escritura de la obra dejar palpable en el texto que la narración, si bien brotada de hechos reales, no deja de ser un producto literario. “Es una historia trágica, dolorosa, y transcurre a menudo por senderos de una alta intensidad emocional”, admitía el autor en una entrevista concedida a Onda Cero. Y ha sostenido en todo momento que la novela la confeccionó con tacto para no herir la sensibilidad de nadie cercano a las víctimas ni la de ningún habitante de la localidad. “Estuve sometido al temor de reactualizar un acontecimiento que podría reproducir el dolor que algunas familias tuvieron, pero no creo que se solucionen los problemas ni las desgracias por la vía de barrerlos como polvo por debajo de la alfombra. Reconozco que escribí esta novela con guante blanco, con mucho cuidado y tacto para no herir sensibilidades, para no causar daño a personas que sufrieron mucho”, abundaba en esa misma entrevista. Y recalcaba el autor que, pese al título de la novela, el niño, que es una de las víctimas de la tragedia, no figura en ninguna página salvo por las menciones y los recuerdos.
Netflix adquirió los derechos de la novela para rodar una película que estará dirigida por Mariano Barroso, que también se ha encargado de escribir el guion. Ganador de tres premios Goya, entre su nómina de rodajes se cuenta 'La línea invisible', que ficciona el salto al terrorismo de ETA. “El proyecto de adaptación al cine por parte de Netflix me complace sobremanera y al mismo tiempo me afianza en el convencimiento de que los niños fallecidos en aquella tragedia merecen un lugar digno en nuestra memoria”, ha dicho Aramburu sobre la adaptación.
La decisión de llevar la historia a la pantalla, no obstante, no ha gustado en Ortuella. Tras el anuncio del proyecto cinematográfico, son varias las personas que han protestado en redes sociales, culpando a Netflix de no tener escrúpulos. “Hablamos de niños y de muchas familias con dolor que aún persiste en casa. Ahora todo vende, da igual. Su lugar digno está en nuestros corazones, no hace falta hacer daño de esta manera”, escribía una usuaria de la red social X. “¿Por qué hay que lucrarse de la tragedia que vivimos muchos niños y mayores?”, se preguntaba otra.
El Ayuntamiento, con el apoyo de todos los grupos políticos con representación institucional en el municipio, se ha sumado a estas quejas y ha aprobado este jueves una declaración institucional que ruega a Netflix que se “abstenga de realizar cualquier producción basada en los hechos que afectaron” al pueblo. “Instamos a considerar la sensibilidad de nuestra situación y la importancia de nuestro derecho a decidir sobre nuestra historia y sobre su difusión pública”, se expresa en un documento que lleva la rúbrica de PNV, EH Bildu, PSE-EE y Borobil-Podemos-IU. “Desde el Ayuntamiento de Ortuella emitimos la presente declaración institucional con el propósito de solicitar, de manera respetuosa y enfática, que no se realice ninguna película o producción audiovisual que trate sobre el drama que nuestro pueblo vivió en el pasado”, se abunda en el escrito.