En plena euforia estival, la opinión andaluza y, en concreto, la sevillana, ha crepitado no poco ante la noticia de que el Ayuntamiento de la capital haya tenido la ocurrencia de encumbrar a la expresidenta Susana Díaz como hija predilecta de Triana. No hay por qué dudar de que la encumbrada contará en el arrabal sevillano con adhesiones suficientes, y acaso sobradas, para justificar el generoso gesto de ese alcalde atento siempre a su designio de “cambio tranquilo”, pero también es comprensible que, apenas una semana después del último revolcón parlamentario que acababa de sufrir ...