Por primera vez desde que es presidente de Vox, Santiago Abascal y la dirección nacional de su partido están siendo cuestionados internamente. La decisión de romper los pactos de coalición con el Partido Popular en cinco comunidades autónomas, los motivos esgrimidos y la forma en la que se ha tomado la medida han destapado críticas a todos los niveles. La «bunkerización» del núcleo duro de Abascal, como define un dirigente regional, ha propiciado un descontento creciente con especial intensidad, como es lógico, en las regiones afectadas. Pero no sólo . Según ha podido testar ABC en fuentes internas del partido de distintos puntos del territorio nacional, incluido Madrid, el desconcierto enraíza en la estrategia misma del partido . El primer...
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