En «La isla maldita», el irlandés propone un «thriller» frenético de esos que se devoran en verano: una narración trepidante
Cuando la posibilidad de encontrar una isla remota donde naufragar y vivir una aventura memorable parece imposible, apenas a dos kilómetros y medio de Sidney, Australia, una diminuta isla es el escenario de esta novela del irlandés Adrian McKitney repleta de situaciones escalofriantes y actos de una brutalidad desusada en este tipo de novelas de acción. En «La isla maldita», el viaje a Australia de una familia rica de EEUU para que el padre participe en unas conferencias sobre cirugía ortopédica, todo parece encantador.
El título en inglés, «The Island» es mucho más aséptico y no desvela parte del misterio de la novela. Nada presagia que la visita a la minúscula isla Holandesa para que los dos niños vean koalas van a poner a la familia Baxter en riesgo de muerte. La isla está habitada por una familia de irlandeses en estado salvaje, como los «hillbillys» de las zonas rurales de Norteamérica. Un accidente inoportuno, una reacción desmesurada de uno de los paletos precipita una acción desesperada de la madre y los dos hijos que huyen de estos locos, más cercanos a «Mad Max» que a los educados habitantes de Sidney.
Tras el exitazo de «La cadena» (2019), su autor ha vuelto a dar con la clave para escribir una novela de aventuras que mantiene en vilo al lector, incapaz de abandonar la lectura. La típica intriga de terror gore, huida hacia ninguna parte y venganza ciega convierte a la madre de la familia Baxter en una moderna vengadora implacable. Desasosiega el carácter tribal de la familia irlandesa y su matriarca enloquecida, sedienta de sangre. «La isla maldita» se lee sin notar. La típica novela pasa páginas veraniega que es imposible dejar de leer. Los capítulos cortos, la acción trepidante y el ingenio de la madre y los dos niños para sobrevivir a esta pesadilla hacen de este thriller de acción, repleto del mejor suspense, una narración sorprendente.
