La Administración del Seguro Social (SSA) de Estados Unidos ofrece beneficios a millones de personas, incluidos jubilados, sobrevivientes y personas con discapacidades. Aunque estos beneficios suelen estar asociados con ciudadanos estadounidenses, existen condiciones bajo las cuales los inmigrantes también pueden acceder a ellos. Para un inmigrante, obtener un número de Seguro Social (SSN) es un primer paso clave para trabajar y acceder a los beneficios del SSA.
Asimismo, este número no solo es fundamental para reportar salarios, sino también para determinar la elegibilidad para diversos programas gubernamentales. La SSA establece que solo aquellos inmigrantes con un permiso de trabajo emitido por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) pueden solicitar un SSN. Esto les permite recibir beneficios como el Seguro de Ingreso Suplementario (SSI) y el Seguro de Incapacidad (SSDI).
Los inmigrantes con residencia legal permanente, comúnmente conocida como Green Card, son elegibles para recibir los beneficios del Seguro Social en Estados Unidos. Esta residencia no solo permite trabajar legalmente en el país, sino que también abre el camino hacia la ciudadanía estadounidense. Además, los titulares de ciertas visas de trabajo y aquellos que están en Estados Unidos bajo las cláusulas para Familiares Inmediatos de la ley de inmigración pueden acceder a estos beneficios.
Para los inmigrantes en situación migratoria irregular, el panorama es más complejo. Sin embargo, aquellos que llegaron al país antes de cumplir los 16 años y califican para el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) pueden obtener un permiso de trabajo y un SSN. Esto les permite acceder a beneficios del Seguro Social siempre y cuando cumplan con los requisitos establecidos.
Para recibir los beneficios del Seguro Social, los inmigrantes deben cumplir con varios requisitos específicos. En primer lugar, deben tener un SSN, que solo se otorga a aquellos con permiso de trabajo del DHS. Además, deben tener la residencia legal permanente o una visa que les permita trabajar en Estados Unidos. En el caso del SSI, la SSA indica que los no ciudadanos deben estar en una de las clasificaciones otorgadas por el DHS, tales como haber sido admitidos legalmente para residencia permanente, tener entrada condicional o estar en libertad condicional en Estados Unidos.
Otros requisitos incluyen haber sido admitidos como refugiados, asilados, participantes cubanos o haitianos, inmigrantes amerasiáticos, afganos o iraquíes especiales, entre otros. También, aquellos que hayan sido admitidos como personas con permisos de permanencia temporal humanitaria o víctimas de tráfico humano severo pueden ser elegibles. Es importante haber residido legalmente en Estados Unidos el 22 de agosto de 1996 y estar ciego o discapacitado para acceder a SSI.
Los beneficios disponibles para los inmigrantes incluyen el Seguro de Ingreso Suplementario (SSI) y el Seguro de Incapacidad (SSDI). El SSI está diseñado para ayudar a personas con ingresos limitados que son mayores, ciegas o tienen una discapacidad. Por otro lado, el SSDI proporciona beneficios a trabajadores que han acumulado suficientes créditos de trabajo y han quedado discapacitados antes de alcanzar la edad de jubilación.
Además, aquellos que deciden mudarse fuera de Estados Unidos pueden seguir recibiendo su pensión del Seguro Social, siempre y cuando hayan acumulado al menos 40 créditos, según los requisitos de la SSA. Estos beneficios son esenciales para proporcionar una red de seguridad financiera a quienes cumplen con los criterios de elegibilidad, garantizando apoyo económico en diversas circunstancias.