Moncloa ha tensado al máximo las negociaciones con el PP para renovar la cúpula del Banco de España, promoviendo al ministro Escrivá como gobernador. Para Feijóo supone una línea roja, tras arrancar el acuerdo para vetar las puertas giratorias en la Justicia. Además, se han desatado ya maniobras de los bancos contra el nombramiento.
El secretismo absoluto del Ejecutivo sobre quién será el nuevo gobernador del Banco de España ha generado un estupor creciente entre altos cargos del Banco Central Europeo (BCE), según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes financieras de alto nivel.
Fuentes próximas a la cúpula del supervisor no esconden su incredulidad por la actitud de Moncloa, que no ha comunicado sus intenciones a Fráncfort por ningún canal, ni oficial ni ‘oficioso’.
Este silencio está generando también una inquietud palpable dentro del Banco de España. El cuerpo de inspectores, el equipo de economistas -el mayor del país-, y el resto de los funcionarios no tienen la más mínima idea de quién dirigirá la institución en los próximos seis años.
El cambio en la cúpula del Banco de España despierta recelos entre los propios banqueros. Los candidatos para sustituir a Pablo Hernández de Cos como gobernador se vienen manejando en las últimas semanas en círculos financieros, pero hay un nombre que en el sector bancario había vetado por encima de todo: José Luis Escrivá.
Los bancos no quieren ni imaginar cómo sería lidiar con el actual ministro de Transformación Digital, vistos su marcado perfil político y su carácter especialmente combativo y peleón, según trasladan a Confidencial Digital fuentes financieras.
Aseguran que el nerviosismo se encuentra totalmente justificado por una razón extra: el Gobierno no disimula sus planes de ‘colonizar’ progresivamente los centros de poder, tanto en el sector privado como en el público. La división, ya en marcha, de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) es un ejemplo. El desembarco en Telefónica es otro.
Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de los movimientos, los bancos maniobran con la exvicepresidenta económica y actual presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Nadia Calviño, para tumbar la candidatura de Escrivá como gobernador, que se ha conocido públicamente este jueves, pero que se viene manejando desde hace meses en círculos financieros de alto nivel.
Coinciden en alertar de que Bruselas y el BCE pondrán pegas al nombramiento por su marcado perfil político.
Prueba del apoyo de Calviño a la banca, según destacan en la cúpula de varias entidades financieras, es el informe sobre el Envejecimiento de la Población -Ageing Report- publicado por la Unión Europea hace tres meses, que destrozó las previsiones de gasto en pensiones elaboradas por su impulsor, el entonces ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá.
En ese momento, aseguran, comenzó a manejarse el nombre de Escrivá como futuro gobernador a propuesta de Pedro Sánchez, lo que desató las alarmas no solo en las cúpulas bancarias, sino también en las autoridades económicas europeas en contacto permanente con la exvicepresidenta económica.
El documento, que contempla un recorte de 12.000 millones para no quebrar el sistema, fue en realidad fabricado por la Dirección General de Análisis Macroeconómico del Ministerio de Economía de Nadia Calviño -poco antes de marcharse al Banco Europeo de Inversiones (BEI)-. También participaron en su elaboración técnicos del Banco de España.
El actual titular de Economía, Carlos Cuerpo -nombrado por Pedro Sánchez a sugerencia de Nadia Calviño-, estaba al tanto de su contenido.
Aunque no se especifica el día concreto, el informe fue remitido a la Comisión Europea y está sellado en diciembre de 2023, antes de que se produjera el relevo de los responsables al frente de la cartera y Sánchez decidió que el Ministerio de Economía siguiese en manos de un perfil considerado técnico, como es el caso de Cuerpo.
“Los bancos temen a Escrivá. Su nombramiento como gobernador sería muy arriesgado para el sector”, advierten a ECD fuentes financieras en contacto habitual con el Banco de España.
Vistas las resistencias, en el seno del supervisor consideran que Escrivá no tiene muchas posibilidades de convertirse en el nuevo gobernador, aunque todo depende del plan del Ejecutivo (y sobre todo del propio Pedro Sánchez) para cambiar la cúpula.
Dado el impasse sobre las intenciones del Gobierno para el Banco de España, el ministro de Transformación Digital ya ha venido dando pasos con el fin de recuperar poder. Ultima la creación de una nueva Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT), una especie de ‘SEPI digital’ en la que aglutinar fondos tecnológicos, y aspira a controlar el 10% que el Estado ha tomado de Telefónica para contrarrestar a Arabia Saudí.
El ministro Escrivá no ha escondido, entre su círculo más íntimo, su predisposición a saltar al Banco de España, donde ya trabajó, con cargos intermedios, en la década de los 90. De hecho, según fuentes próximas al supervisor, consultadas por ECD, se ha empezado a mover en torno a la institución para dejar claras sus intenciones.
Es funcionario del Banco de España, presenta un currículum extenso, reúne los conocimientos, y siempre ha querido el puesto. Ha trabajado en el BCE, el BBVA, el Banco Internacional de Pagos, y ha sido presidente de la Autoridad Fiscal. Y en las últimas semanas ha presionado para ser el nombre propuesto. Hace poco se reunió, por ejemplo, con la asociación de inspectores del Banco de España. Sin embargo, como candidato no concita el acuerdo, según fuentes internas del supervisor.
En la nueva legislatura, José Luis Escrivá perdió atribuciones, al tener menos competencias al frente de Transformación Digital que en su etapa en Migraciones y Seguridad Social. Pero, meses después, con la salida del Gobierno precisamente de Nadia Calviño, asumió las de Función Pública.
Desde un primer momento se interpretó como un paréntesis, un paso por la reserva, antes de coger galones más importantes, como puede ser convertirse en gobernador.
En los bancos lamentan que la posibilidad de un nombramiento pactado entre el Gobierno y el PP haya quedado prácticamente descartada, y se oponen a la posibilidad de que no se respete la tradicional ley no escrita de que los dos principales partidos pacten la renovación en banco central: el gobernador para quien está en el poder, el subgobernador para quien se encuentra en la oposición.
Génova no ha recibido llamada alguna de Moncloa para abordar el asunto. Se da por descontado que el PP seguirá perdiendo cuota de poder, en este y otros organismos. Una deriva que preocupa sobremanera en el entorno del líder del Partido Popular, sobre todo por la falta de resortes a la hora de plantar batalla.
Según apuntan diversas fuentes populares, al comienzo de las conversaciones para pactar la dirección del Banco de España, también se estableció como principio rector que no podría darse un salto desde el Gobierno a las instituciones independientes.
Ya sea el Banco de España, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la Comisión Nacional de la Energía (CNE) o la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Ningún organismo supervisor debía ser objeto de politización.
Se excluía el salto inmediato desde la política a un organismo independiente. En esta línea de pensamiento, el perfil por el que se abogaba para el Banco de España debía ser: un candidato técnico, independiente, intachable y alejado del poder político, señalan estas fuentes.
Algunos de los nombres que se barajaban cumplían ampliamente con estos requisitos, como es el caso de la secretaria general del Tesoro, Laura Conthe, que adelantó ECD hace unos días.
Desde luego, no Escrivá, zanjan tajantemente en el entorno de la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, que se encuentra, por orden de Feijóo, al frente de las conversaciones con el Ejecutivo para renovar la cúpula de las principales instituciones financieras del país.
Fuentes de la dirección nacional de los populares admiten que la propuesta de Escrivá va a retrasar cualquier acuerdo en las próximas semanas. A pesar de que el Ministerio de Economía trataba de cerrarlo lo antes posible para que el nuevo gobernador pudiera acudir a la reunión del BCE el próximo 18 de julio.
Incluso convocó con esa intención para este jueves la comisión de Economía del Congreso, en la que el ministro Cuerpo tendría que haber defendido la candidatura presentada por el Gobierno. Pero todos los avances acaban de saltar por los aires.
