La cálida noche madrileña volvió a motivar a cerca de nueve mil aficionados a acercarse a Las Ventas para vivir la tercera noche de "Cénate Las Ventas". Un cartel inédito, con tres novilleros que hacían su presentación en Madrid y una ganadería que, en principio, prmetía emociones fuertes. No las hubo.
A Santiago Esplá se le adivinaban sus clásicas con sólo verle hacer el paseíllo. Luego lo confirmó delante de su lote, aunque es verdad que pocas opciones tuvo con un primero soso y a menos, que ni siquiera se arrancó con decisión en las voluntariosas banderillas con las que quiso hacer homenaje a su estirpe. Y en la muleta, fue un querer más que poder, a pesar de que dejó ver una interesante solvencia. Y con el cuarto apenas pudo dejar un brillante tercio de banderillas, haciéndolo todo él, pues el novillo se manso y desrazado, se echó cuando comenzaba la labor de muleta. Ahí terminó todo.
Por su parte, Valentín Hoyos se mostró puesto, firme y capaz, sobre todas con la dura prueba que fue ese segundo, vencido siempre por el derecho y sin humillar nunca, guardándose, además, el poder para cuando sentía que hacía presa. Un regalito, vamos. A pesar de todo, el salmantino no perdió ni las formas, ni las ganas de insistir, hasta dejar varios s naturales repletos de verdad y entrega, buenos de verdad. También destacó con el quinto, un novillo que mostró mejor fondo, aunque condicionado por su falta de fuerza, que le hizo deslucir la embestida, tan rebrincada y desordenada. Valentín puso temple, decisión y pulso, llegando a sujetar al animal hasta hacerlo potable en algún muletazo, sin embargo, era todo tan laborioso que el lucimiento fue casi imposible. Mató bien y dejó la imagen de un novillero sólido.
Apostó por la variedad Rubén Núñez con el percal, sin importarle siquiera si los novillos valían para ello. Ya se echó el capote a la espalda en un quite al complicado segundo, y ajustó las chicuelinas con el tercero, el primero de su lote, tan incierto como deslucido y frenado. Y se impuso pronto con la muleta, bastaron dos doblones y una trinchera para enseñar al novillo quién mandaba allí. A partir de ahí, el de Couto de Fornilhos se defendió con mal estilo, aunque el mexicano lo intentó, uno a uno, por ambos pitones. Pero la ausencia total de raza del animal le dejó sin posibilidad de hacer el toreo. Emocionaron, eso sí, unas manoletinas decididas antes de agarrar una estocada fulminante. También se la jugó con el sexto, un novillo exigente, que tuvo las embestidas pero no las regaló. Rubén, de rodillas en los medios, a punto estuvo de ser arrollado en un arreón violento del que solo se llevó, por fortuna, la muleta puesta. El mexicano tiró de firmeza para obligar y conducir, aunque no siempre lo consiguió. Fue mediada la faena cuando, por abajo, enganchó un puñado de derechazos poderosos que, lamentablemente, carecieron de continuidad en una labor dispendiosa. Tanto que llegó a escuchar un aviso de antes de montar la espada.
FICHA DEL FESTEJO:
Jueves 11 de julio de 2024. Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Tercera del certamen de novilladas nocturnas "Cénate Las Ventas". Un tercio de entrada.
Se lidiaron novillos de Couto de Fornilhos, serios. Soso y a menos el primero; manso y complicado el segundo; manso deslucido el tercero; manso y desrazado el cuarto; de buen fondo pero deslucido por falta de fuerza el quinto; exigente el sexto.
Santiago Esplá, de purísima y oro, cuatro pinchazos, aviso estocada atravesada cuatro descabellos y aviso (silencio); y dos pinchazos y estocada (silencio).
Valentín Hoyos, de lila y oro, pinchazo, aviso, pinchazo hondo (ovación); estocada (ovación).
Rubén Núñez, de azul azafata y oro, estocada fulminante (ovación con petición); y aviso y estocada (palmas).
Espla, Hoyos y Núñez se presentaron con "Oliveiro", nº 5, "Carpetano", nº 64, y "Noctámbulo", nº 58. El banderillero Pablo García dejó dos buenos pares de banderillas al 2º y al 5º.