El aumento de la presencia de auroras boreales podría estar poniendo en peligro el campo magnético de la Tierra.
Un nuevo estudio publicado en Frontiers in Astronomy and Space Sciences indica que la aparición de espectáculos de auroras de diversos colores, como la tormenta geomagnética global ocurrida el 10 de mayo, puede señalar la llegada de fuertes corrientes a la Tierra. Estas corrientes tienen el potencial de dañar infraestructuras críticas como líneas de transmisión eléctrica, oleoductos, gasoductos, ferrocarriles y cables submarinos.
Un choque interplanetario es una alteración del viento solar causada por eyecciones de masa coronal del sol. Estas eyecciones son nubes de campos magnéticos y partículas cargadas que se lanzan al espacio a velocidades de hasta 3000 kilómetros por segundo. Estos eventos pueden dar lugar a avistamientos de auroras boreales y australes, además de potencialmente dañar infraestructuras terrestres debido a las fuertes corrientes generadas.
La perturbación causada por un choque interplanetario comprime la burbuja magnética que protege la Tierra, lo que a menudo desencadena auroras. Sin embargo, el ángulo de impacto de estos choques es crucial para determinar la fuerza de las corrientes resultantes, según la investigación.
Es importante porque los choques interplanetarios son más frecuentes durante el máximo solar, que los científicos creen que está ocurriendo actualmente. Durante este período, el sol es más activo, lanzando más eyecciones de masa coronal que pueden interactuar con la burbuja magnética de la Tierra, aumentando la probabilidad de auroras y posibles perturbaciones en infraestructuras.
Las corrientes inducidas geomagnéticamente pueden dañar la infraestructura eléctrica. Cuanto más potente sea un choque interplanetario, más fuertes serán las corrientes y las auroras. Si los científicos pueden predecir que un choque interplanetario será frontal en lugar de tangencial, podrán tomar medidas para proteger la infraestructura antes del impacto, según los investigadores.
El estudio encontró que los choques interplanetarios que golpean la Tierra de frente inducen las corrientes geomagnéticas más fuertes. Los científicos compararon una base de datos de choques interplanetarios con lecturas de corrientes en un gasoducto en Finlandia. Descubrieron que los choques frontales causan picos más altos en las corrientes inducidas geomagnéticamente porque comprimen más el campo magnético de la Tierra.
El estudio también reveló que los picos más intensos de corrientes geomagnéticas ocurrieron alrededor de la "medianoche magnética". Este es el momento de la noche (cerca de la medianoche local) cuando el Polo Norte está entre el Sol y Mäntsälä en el lado nocturno de la Tierra.