La Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS) en conjunto con los equipos de Pastoral Social Nacional se pronunciaron a través del artículo titulado “La autoridad es un servicio y una autoridad que nos es servicio, es dictadura” y manifestaron su indignación por la situación actual del país, considerando que existen una evidente intención y ‘cultura’ por controlar el sistema de administración de justicia y los organismos electorales.
Con relación al deterioro de la democracia en el Perú, la CEAS advierte que nuestro país ya no puede ser considerado un país democrático debido a la vulneración de derechos humanos y el Estado de derecho, incluyendo también la aprobación de leyes que favorecen intereses particulares. “Nos indignan las grandes sombras que cubren a nuestra querida patria por los intereses particulares de grupos y personas que buscando su propio beneficio destruyen la democracia y las instituciones, vulneran los derechos humanos, la dignidad humana y de nuestra nación, y desconocen el Estado de derecho, como lo demuestran diversas acciones”, se lee en la publicación.
Así mismo, mencionan directamente la aprobación de la ‘Ley Amnistía’, y otras que favorezcan la formalización de economías ilegales. “Esta cultura también se evidencia en leyes aprobadas por el congreso que favorecen la amnistía de militares y policías que han cometido crímenes de lesa humanidad, indultos ilegales de sentenciados por esos mismos crímenes; la ley que favorece al crimen organizado; normas que facilitan las economías ilegales y su formalización y la deforestación de nuestra Amazonia, buscando la desaparición de los pueblos indígenas, a quienes consideran un obstáculo para un supuesto ‘desarrollo’”.
La Comisión Episcopal de Acción Social también ha criticado el desinterés de las autoridades en abordar problemas críticos como el caso de la denuncia de violaciones por parte de profesores a niñas del pueblo Awajún, las que fueron denominadas por ciertos ministros como ‘prácticas culturales’. Así como también la creciente brecha social, evidenciada por el aumento de la pobreza frente a un anunciado crecimiento económico.
“Frente a esas sombras, surgen algunas luces que nos dan esperanzas en que siempre es posible, desde nuestro espacio particular, hacer algo para lograr cambios en una realidad tan compleja como la que vivimos en el Perú”, señala la CEAS rescatando acciones como la destitución de la Fiscal de la Nación y la defensa de la democracia por parte del Ministerio Público.
Finalmente, los representantes de la Iglesia peruana subrayan la importancia de la formación sociopolítica de jóvenes para impulsar una nueva generación política comprometida con la justicia y el bien común. Además, instaron a cierto sector político que trabaja con intereses particulares, a renunciar a dichas actitudes y trabajar por el bien común.