Lamine Yamal no había cumplido un año cuando Fernando Torres marcó el gol que dio a España la Eurocopa del año 2008. Estaba a punto de cumplir los 5 cuando la Roja goleó a Italia en la final cuatro años después. Y en esos años, siempre estaba en el 304.
Es el número que hizo con las manos para celebrar el gol del empate contra Francia. «Era para una persona que ya sabe que es para él», decía el jugador después de ser elegido MVP de la semifinal. Es el número del código postal de su barrio, el 08304, que pertenece al barrio de Rocafonda, en Mataró, donde se ha criado el futbolista del Barcelona. Un gesto que se ha convertido en una reivindicación política, aparte de una demostración de alegría. Una defensa de los barrios obreros en los que conviven razas y culturas diferentes.
Lamine festejó su gol con la alegría de ser el primero en una fase final. «No sé si es el mejor gol del torneo, pero es muy especial porque es mi primer gol con la selección en una Eurocopa y estoy feliz por pasar a la final», decía. «He estado hablando con mi madre, que era su sueño. Estoy muy contento de que mi primer gol haya sido así y que haya entrado como ha entrado contra Francia y en una semifinal», reconocía.
Yamal se expresa fuera del campo con la misma naturalidad con la que juega. Nunca parece que tenga 16 años o que esté a punto de cumplir los 17. «Estábamos en momentos difíciles porque nadie se esperaba ese gol tan pronto. La he cogido y no he pensado, he intentado meterla donde ha entrado y ya está. Muy feliz», aseguraba.
Es el más joven del campeonato y asumió la responsabilidad en el peor momento como si fuera lo natural. Y no lo es, pero lo parece.
Con casi 17 años ha jugado ya 13 partidos con la absoluta y 21 entre el resto de selecciones, de la sub’15 a la sub’19. La absoluta es su lugar, aunque el DNI trate de discutirlo.
Lamine es la imagen de la selección, un icono le dicen, pero él prefiere no pensarlo. «Intento no fijarme mucho en eso de ser el icono. No te suma nada, no te ayuda nada y yo lo que intento es ayudar al equipo», advierte.
«Hemos visto una genialidad producto de un genio, de un futbolista que sabemos lo que es y que hay que cuidar mucho. Le aconsejo que siga con la misma humildad y con los pies en el suelo. Puede crecer y con esa actitud, madurez y profesionalidad en partidos como este siendo tan joven parece un experto. Celebro que sea español, que esté con nosotros y que podamos disfrutarlo durante muchos años», dice De la Fuente.
Él, mientras, recuerda cómo vivió la última Eurocopa, que se disputó hace tres años: «En un centro comercial con los amigos». Y de ahí, desde el 08304, a la gloria.