Washington. El Gobierno estadounidense anunció el jueves que otorgará $1.700 millones en subvenciones a la industria automotriz para que pueda desarrollar sus líneas de producción de vehículos eléctricos, así como piezas o autopartes como baterías.
Estos subsidios se destinarán a una decena de fábricas cerradas o amenazadas, instaladas en ocho estados diferentes. Esas concesiones, que se enmarcan en la Ley de Reducción de la Inflación, un plan insignia del presidente demócrata Joe Biden, se dirigirán en particular a empresas situadas en los estados de Georgia, Michigan y Pensilvania.
El objetivo es readaptarlas a la producción de vehículos eléctricos o de sus repuestos, lo que debería permitir salvar o crear 15.000 puestos de trabajo, según un comunicado emitido por la Casa Blanca. Este plan podría resultar decisivo para las elecciones de noviembre próximo, en las que se enfrentarán Biden con su predecesor republicano Donald Trump.
“Estas inversiones crearán miles de puestos de trabajo bien remunerados y conservarán aún más, ayudando a las empresas del sector a adaptar sus equipamientos industriales y recontratar en las mismas fábricas y en las mismas comunidades”, declaró el presidente estadounidense, citado en el comunicado.