Un equipo internacional de 50 investigadores, liderado entre otros por el Centro de Análisis Genómico (CNAG) y el Centro de Regulación Genómica (CRG) , ambos en Barcelona, ha descubierto cromosomas fósiles en la piel de un mamut lanudo preservado en el permafrost, el suelo congelado, de Siberia desde hace 52.000 años, una hazaña científica que ni siquiera se creía posible. Estos mapas de ADN, que indican la posición de los genes en la célula del animal, han permitido ensamblar un genoma antiguo y su estructura tridimensional por primera vez. Los fragmentos, extraordinariamente conservados durante milenios gracias a un proceso de vitrificación similar al de la cecina o la carne seca, atesoran una información genética ingente a la que hasta ahora...
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