Corea del Sur y Corea del Norte llevan unos cuantos meses enzarzados en su particular pulso heredado de la partición de la Península hace 75 años, pero añadiendo cada vez más tensión. La pelea se desarrolla a golpe de misiles balísticos o con sistemas más rudimentarios, como los globos repletos de basura y heces que Pyongyang envía cada cierto tiempo a su vecino del sur. Pero el enfrentamiento es permanente.
En el caso de Seúl, siempre en estado de alerta, es prioritario desarrollar al máximo su industria militar para garantizar la capacidad de respuesta en caso de un ataque directo del régimen comunista de Kim Jong-Un, que cuenta además con el indisimulado apoyo de Rusia.
Este esfuezo innovador ha llevado al país a emprender un plan, bautizado como "Proyecto Star Wars", que incluye la construcción de un nuevo tipo de arma láser diseñada para abatir drones norcoreanos, según anunció este jueves la Administración nacional del Programa de Adquisición de Defensa (DAPA).
La nueva arma, que se enmarca en los esfuerzos del país por modernizar sus capacidades de defensa ante los avances armamentísticos norcoreanos, ha sido desarrollada desde 2019 por un costo de 87.100 millones de wones (unos 58 millones de euros), según detalla la agencia Efe.
La compañía armamentística Hanwha Aerospace será la proveedora de este nuevo sistema, capaz de "neutralizar los objetivos irradiándolos directamente con una fuente de luz láser generada por fibra óptica", según explicó en un comunicado DAPA.
El arma es capaz de "defender contra pequeños vehículos aéreos no tripulados y multicópteros a escasa distancia", según DAPA, que también destacó que puede "cambiar las reglas del juego" en guerras del futuro si su potencia de disparo se incrementa para responder a misiles balísticos o amenazas aéreas.
Corea del Sur se convertirá en el primer país en operar este tipo de arma una vez se despliegue este año según lo previsto, añadió el organismo surcoreano.
El arma necesita únicamente de electricidad para funcionar, y el haz láser que emite no es visible al ojo humano ni emite sonido alguno, informa Efe.
El Ejército surcoreano comenzó a reforzar sus capacidades de defensa contra drones después de que en diciembre de 2022 cinco dispositivos norcoreanos de este tipo traspasaran la frontera entre ambos países, logrando uno de ello sobrevolar el norte de Seúl antes de retornar al Norte.
El ejército sureño desplegó aviones y helicópteros para seguir y derribar los otros cuatro en torno a la isla de Ganghwa, frente a la frontera marítima occidental, pero les acabó perdiendo el rastro debido a su pequeño tamaño (menos de 3 metros de ancho), en un incidente que marcó un pico de tensión en la península y puso en cuestión la preparación surcoreana ante incursiones de estos aparatos no tripulados.