Si le hubiesen contado horas antes del primer duelo de semifinal entre Vegueros y Leones que el partido se decidiría por un pelotazo, probablemente nadie lo creería. Pero sí, este deporte es a veces tan veleidoso como impredecible.
Con las bases congestionadas de pinareños en el cierre del noveno capítulo, dos out en la pizarra y un estadio delirante de punta a punta, el relevista de Industriales Carlos Manuel Cuesta decretó por la vía del dolor la victoria de los verdes por 4-3.
Sin embargo, apenas un pelotazo no describe por completo las interioridades de este clásico de la pelota cubana. A esa última oportunidad al bate los Vegueros llegaron debajo en el marcador por diferencia mínima, y un sobrio Jorge Yohan Rojas disparó con mucha sangre fría el cohete a la pradera central que igualó el choque sensacionalmente. «Yo sabía que Perdomo (el relevista que cargó con la derrota) me iba a retar con la slider, y se la esperé», declaró luego del partido a Juventud Rebelde el propio «Chicho» Rojas.
Fue un partido reñido, emocionante de principio a fin y donde todo lo que usted pueda imaginar sucedió. La inspirada tropa que comanda Alexander Urquiola tuvo otro aliado importante para concretar la victoria en su público. A falta de 20 minutos para iniciar el juego cerró por capacidad las puertas del San Luis. Ni un alma más cabía dentro del estadio pinareño.
Antes del noveno episodio los de Vueltabajo fabricaron sus carreras a cuentagotas. Una en el segundo capítulo por intermedio de cañonazo impulsor de Juan Carlos Arencibia, y otra en la cuarta entrada por fly de sacrificio de Rolando Martínez. Fue todo lo que le permitió a la poderosa tanda pinareña otro inmenso desde la lomita, el diestro de los leones Andy Vargas, quien en 6.2 apenas toleró dos anotaciones y cinco indiscutibles.
Aunque el éxito del choque lo alcanzó el zurdo pinareño Raudel Lazo con su inmaculado relevo de 2.2 de entradas, es válido destacar entre signos de admiración la importante labor de contención hecha por Randy Román Martínez durante 4.2 innings, en los que solo aceptó un indiscutible, pero este salió de las muñecas del antesalista de los azules, Roberto Álvarez, y se fue más allá de las cercas.
Según destacó el director de la tropa más occidental, Alexander Urquiola, es esta una gran victoria para el equipo pinareño, sobre todo, por la presión que hubo durante el juego. Por la valla contraria, Guillermo Carmona sabe que es el inicio de un disputado combate beisbolero, donde cada error y decisión pueden costar muy caro.
«Este primer juego se nos escapó de las manos, pero estamos frente a un gran rival, y seguiremos peleando como hasta ahora», dijo el estratega.
Para este jueves, seguramente el clásico de occidente reservará otro duelo no apto para cardiacos. Por la nave verde ya se ha anunciado al zurdo Branlis Rodríguez como abridor, mientras que la máxima dirección de Industriales, al cierre de esta información, no tenía definido el lanzador de un choque que reviste para ellos una doble importancia. El terreno dirá hoy la última palabra.