Una tensión altisonante se evidencia estos días entre el Partido Comunista y el Partido Socialista, marcada por recriminaciones cruzadas entre presidentes de ambas tiendas. Esto, producto de las suspicacias que manifestaron desde el PC sobre la legalidad y el sustento del operativo policial realizado en Villa Francia, lo que incluso generó roces con el ministerio del Interior.
Esta agudización pública de las diferencias ha confrontado a las dos almas oficialismo en un momento clave, donde se juega la posibilidad de viabilizar reformas en el Congreso y en donde debería enfrentar con la máxima unidad de propósitos las difíciles elecciones de octubre próximo. Tensión que, a su vez, remite a otros dos asuntos: la capacidad del Gobierno de alinear a sus huestes y el proceso de sucesión interno del PC, factor que personeros del Ejecutivo, como la ministra del Interior, Carolina Tohá, han dado a entender como explicativo del aumento de los conflictos al interior del oficialismo.
Como sea, el allanamiento de Villa Francia suma un capítulo más al creciente historial de desencuentros entre las llamadas “dos almas” del Gobierno. Lautaro Carmona insistió en esta jornada que la relación es “plena de parte nuestra” y que “hay diferencias frente a hechos, pero esencialmente en el caso nuestro es reacción frente a noticias”, de esta forma, lanzando la pelota al área socialista.
Abordando esta controversia y en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la cientista política, Javiera Arce, sostuvo que “es una tensión que se veía venir” considerando los distintos estilos y conceptos de lealtades entre ambos partidos.
En particular, el principio del PC de “tener un pie en la calle y otro pie en La Moneda”, para la académica “siempre ha sido como la tónica del PC, pero eso nunca lo ha podido entender el PS porque cuando llega al gobierno se entrega por completo, es súper distinto el estilo”.
Abordando la serie de críticas emitidas por Juan Andrés Lagos, ex asesor de Interior, Arce sostuvo que “representa un liderazgo importante dentro del PC y sobre todo de la disidencia, de las facciones más radicalizadas dentro del partido y que están apoyando a Jadue, entonces Lautaro Carmona está como el jamón de sándwich. Por una parte, tiene que cuidar a sus ministras comunistas, pero en el caso de Jadue tampoco puede permitir que se le empiece a desordenar el partido. Ésa es la disyuntiva”.
Distintas voces ponen sobre la mesa que, en esta ocasión, Lautaro Carmona elevó el tono contra el Gobierno y el PS, considerando la próxima elección de la mesa directiva del PC, en el Congreso de final de año. Junto a ello, apuntan al “estilo” de su administración y a una mayor dispersión en las filas de la colectividad.
En respuesta, Arce sostuvo que “no sé si es tan electoral, capaz que sí, no sabemos, yo creo que sí porque hay un fraccionamiento dentro del partido entre Jadue y la facción más gobernista, porque el PC siempre ha estado acostumbrado a estar súper fuera y en contraposición, más rebeldes al Gobierno, pero cuando te toca gobernar es otra cosa”.
En tanto, el sociólogo y ex representante del PC en la pasada Comisión Experta, Alexis Cortés, sostuvo que “normalmente la realización de los congresos no altera el comportamiento del partido respecto de su responsabilidades tanto en el Congreso como en el Ejecutivo, entonces las atribuciones que se le hacen al hecho de que se esté realizando un congreso desconocen la cultura organizacional que prima dentro del Partido Comunista, que es un partido que, aunque obviamente puede tener diferencias, a la hora de discutir esas diferencias, una vez que se toman acuerdos, pasan a un segundo plano y se implementa lo que se conoce como unidad en la acción. Pero eso requiere momentos de libertad en la discusión y el Congreso Nacional es el momento que por definición entrega más espacio para esa absoluta libertad en la discusión”.
“Yo no veo problemas de disciplina. A mí me parece que lo que está ocurriendo es que en una coalición diversa de ocho partidos es normal que haya algunas discrepancias y, si uno piensa, durante el gobierno de la nueva mayoría el PC fue considerado como uno de los partidos o el partido más leal a la presidenta (Michelle) Bachelet”, añadió.
Abordando los cuestionamientos al liderazgo de Carmona, recientemente el senador Daniel Núñez afirmó en La Segunda que “hace falta Tellier”, Cortés respondió que “el liderazgo de Guillermo Tellier se caracterizó por ser un potenciador de las capacidades que el PC ya tenía, y cuando se produce su lamentable fallecimiento, el PC o el Comité Central decide de manera unánime nombrar a Lautaro Carmona como presidente del partido. Creo que si uno considera la unanimidad para esa definición, estas lecturas que hablan de cuestionamiento parece que no tienen mucho asidero, por lo menos, en cómo se produjo esta definición”.
“Lautaro Carmona ha tenido un liderazgo histórico dentro del PC, fue el Secretario General de la Juventud Comunista durante la mayor parte de la dictadura. Por lo tanto, cumplió un papel fundamental la dirección interna del PC en dictadura y durante la durante la transición democrática, por lo tanto, su definición como presidente puede ser vista hasta como un paso lógico o natural”, defendió.